En el marco del 31 aniversario de los Mártires de la UCA, se realiza el Encuentro de las Escuelas de Teología, esta vez vía redes sociales.
El encuentro inició con las palabras del rector de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), quien mostró alegría de compartir el espacio, de manera virtual y nutrir el deseo de continuar el legado de los mártires de la UCA y proponer el quehacer universitario al servicio de la construcción de un reino de Dios basado en el amor, la solidaridad, la justicia y la Paz.
Oliva expuso que a pesar de las dificultades generadas por la pandemia se siguió el proceso de formación teológica y pastoral. Además, dijo que la enseñanza que dejaron los mártires del país fue levantar la voz ante la situación de injusticia que enfrenta la población.
El rector de la UCA mencionó a mártires como San Romero de América, Rutilio Grande, los Mártires de la UCA, las Hermanas Maryknoll, los sacerdotes Rafael Palacios, Cosmes Pezzoto, Octavio Ortiz, los Mártires del Despertar y del Plan del Pino, que estuvieron en los testimonios del encuentro de las escuelas de teología
El sacerdote jesuita Andreu Oliva dijo que como Iglesia liberadora y esperanzadora tienen el compromiso de seguir desnudando la mentira y siendo luz en medio de tanta manipulación, corrupción y marginación que rompe con la fraternidad y la solidaridad, de los pueblos.
Los ponentes del encuentro compartieron los aportes que dieron los mártires del país.
Hablaron Eva Rogel, sobre el sacerdote Octavio Ortíz, Miriam Arévalo de Hernández, quien dio el testimonio de los mártires de Plan del Pino; Cristal Ochoa y Doris Pérez López, quienes hablaron sobre las mártires de Maryknoll; Arnulfo García, quien dio testimonio del sacerdote Cosme Spessotto y la hermana Margarita Bofarull Buñuel habló sobre los mártires de la UCA y el sacerdote jesuita Miguel Vásquez dio testimonio del padre Rutilio Grande.
El rector de la UCA dio sus declaraciones frente al lugar donde descansan los restos de los mártires de la UCA y desde ahí a seguir su ejemplo y que cada uno, desde su propio espacio, sea fuente de esperanza e inspiración, multiplicadores de lo aprendido y sigamos trabajando, incansablemente por liberar a este pueblo de las cadenas del dolor, de la muerte, de la injusticia.
