El Gabachón del Médico

Por: Francisco Parada Walsh*

La eternidad pasa. El talento se queda. Sin embargo pareciera que el que un día fuese la profesión más honorable apenas llega a una profesión del montón. Un culto al narcisismo donde Hipócrates tiene diferentes apellidos: Huawei, Nokia, Samsung y más. El Todo y la nada se tiene en la palma de la mano, las generaciones actuales de médicos dan la impresión de saberlo todo, no hay “Maestros”, son ellos los dueños del mundo ¡y de la nada!  Debe el gabachón del médico tener cuatro bolsas, en la bolsa superior izquierda  que cubre el corazón tiene que llevar la FE más grande puesta en la humanidad y en Dios, es esa bolsa que palpita empatía, amor, respeto; algunos colegas ponen un espejo entre el paciente y él para no mimetizarse con la dolencia del paciente, que no le afecte, al contrario, debo quebrar ese espejo sin importar la maldición de siete años de penar por el mundo y sentir el dolor del paciente cual mío, debemos entender a ese humano vencido por una enfermedad, somos el mismo, ¿Qué nos diferencia?: Quizá las flores que nos pondrán en nuestro ataúd, de ahí, somos iguales, iguales, demasiado iguales.

La bolsa superior derecha debe llevar ESPERANZA, jamás rendirse ante la adversidad, luchar contra la muerte en una pelea sin límite de tiempo, puyarle los ojos, agarrarle la cola y los cachos pero nunca rendirse; luchar y luchar por el paciente, siempre pensando que se debe tratar a ese paciente cual el ser amado más importante en nuestras vidas, de eso se trata, nunca perder esa esperanza que brinca de alma en alma, creemos que la alcanzamos y al agacharnos a recogerla da un brinco, se nos fue de las manos y salta a otro paciente, a seguir la lucha, nunca debemos perder la esperanza. Los milagros existen, son más comunes de lo que creemos; escribirle a usted amigo lector es un milagro y por eso creo en ellos.

Sigamos adelante. En la bolsa inferior izquierda el médico debe tenerla repleta de CARIDAD, muchos desconocemos esa virtud y asumimos que un médico debe llevar el estetoscopio, lámpara, baja lenguas y más bisuterías, no,  esa bolsa se llena de caridad que significa dinero en efectivo para socorrer a aquella madre angustiada que no tiene dinero para comer en un hospital nacional, que no sabe dónde dormirá y estar prestos a servir, a veces no es el diagnóstico astral lo más importante sino ayudar con dinero al familiar apesadumbrado sea para la comida, para un taxi, para pagar dónde dormirá;  cuando era un médico joven nadie me explicó que la mayoría de pacientes que atendería serían tan pobres como yo, quizá en mi inmadurez nunca entendí que la realidad duele y pega duro.

Y Después de agotarse la FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD debe la bolsa inferior derecha estar a rebalsar de lágrimas, lágrimas de dolor, de entender cuando se perdió la batalla y junto a la familia del paciente o en un solitario rincón llorar por que la muerte nos arrebató al hermano, jamás contener esas lágrimas, no, al contrario, entender nuestra naturaleza humana y la fragilidad nuestra y ser sobretodo  humanos, no olvidar que no somos nada y en esa nada podemos servir el todo a un paciente y a sus familiares más de lo que imaginamos. Poco importa si el gabachón es de un blanco impoluto y virgen; lo que importa es que de esas cuatro bolsas surjan la fe, la esperanza, la caridad y lágrimas para entender mi sencillez y por ahí debe el médico entender qué son los símbolos patrios, leer a grandes historiadores como Don Pedro Escalante Arce, Don Carlos Cañas Dinarte y aprender un poco de nuestra triste historia pasada y saber apenas algo de lo nuestro pero lucir una gabacha con un remedo de escudo en el pecho solo dice la ignorancia y el desprecio por un ápice de nuestra historia.

Tristemente un libro es ya algo del pasado, siempre fuimos un país donde se lee poco, hubo excelentes librerías sin embargo los precios eran exorbitantes y no disponemos de bibliotecas públicas donde podamos viajar con un libro, se prefiere que todo se resuma al táctil y al falso orgullo patriótico donde cargar un escudo garabateado  y mentiroso llena ese vacío y esa cabeza.

*Médico salvadoreño

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