Un equipo de científicos de la Universidad de Griffith en Australia y de la Universidad de Oxford ha comprobado que reducir el consumo de sal es la mejor manera de prevenir la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores han realizado un estudio que consistía en evaluar las repercusiones en la salud pública empleando estrategias destinadas a reducir el consumo de sal mediante campañas en los medios de comunicación, programas de educación escolar y la concientización para optar por sustitutos de sal con bajo contenido de sodio.
El estudio publicado en British Medical Journal Open fue llevado a cabo en Camerún, donde las tres estrategias podían prevenir entre 10.000 y 84.000 muertes por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Los científicos señalaron que las estrategias empleadas en el estudio fueron altamente costo-efectivas con muy altas probabilidades de ahorrar costos y salvar vidas.
Muchos saben que el excesivo consumo de sal es dañino para la salud y sobretodo las enfermedades cardiovasculares, no obstante este estudio es uno de los pocos que demuestra a los Gobiernos que es posible implementar programas masivos sin necesidad de hacer una exorbitante inversión de dinero.