El calentamiento global fue tan intenso en 2020 que rompió récords de temperaturas y provocó huracanes, incendios, olas de calor, inundaciones y sequías sin precedente, reportó ayer la agencia climatológica de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Mientras la población mundial cesaba actividades debido a la pandemia del coronavirus, los fenómenos climáticos fueron extremos y se intensificaron, indicó la Organización Meteorológica Mundial (OMM)
“Por desgracia, 2020 fue otro año preocupante para el clima”, declaró el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
La evaluación de la organización se basa en cinco tipos de datos que sitúan actualmente a 2020 como el segundo año con las temperaturas más altas, por detrás de 2016 y delante de 2019.
Las diferencias de temperatura entre estos tres años son, sin embargo, mínimas, aunque la clasificación podría cambiar una vez que estén disponibles los datos completos de 2020.
“Los récords de calor suelen coincidir con años de fuertes episodios de El Niño, como ocurrió en 2016. La Niña, por el contrario, suele enfriar la temperatura mundial, pero este importante fenómeno no ha servido para frenar el calentamiento este año”, afirmó Taalas.
Además, hay una probabilidad sobre cinco de que de aquí a 2024 el aumento de temperatura se sitúe temporalmente por encima de la barrera fatídica de 1.5 grados centígrados respecto de la época preindustrial que fijó el Acuerdo de París.
“El equilibrio del planeta está roto. La humanidad está en guerra contra la naturaleza. Esto es suicida”, señaló el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
“La biodiversidad está colapsando, por lo que hacer las paces con la naturaleza debe ser la máxima prioridad para todos”, concluyó.
Calor extremo, incendios, inundaciones, acidificación de los océanos o la temporada récord de huracanes en el Atlántico son signos de que el cambio climático sigue inexorable su curso, lo que incrementa la inestabilidad que la pandemia provoca sobre la economía, la salud y la seguridad global, alertó la OMM.
La temporada de incendios, que afectó amplias zonas de Australia, Siberia, el sur de la costa oeste de Estados Unidos y América del Sur, fue la más virulenta de los últimos 18 años.
Al lote de malas noticias se agrega que la capa de hielo marino ártico se ubicó en septiembre en su mínimo anual, el segundo menos extenso en 42 años de observaciones por satélite.
La extensión del hielo marino antártico en 2020, por el contrario, fue algo superior a la media de los 42 últimos años, mientras en Groenlandia siguió perdiendo masa, pero a un ritmo menor que en 2019.