Prologo
(Sobre la obra de mi querido Julio).
Suele compararse la vida con una corriente de agua pues, aunque ambas están ahí, corriendo, nunca son las mismas, el agua de ayer ya pasó y el día de ayer no es igual al de hoy. ver pasar la vida es algo que todo ser humano hace a diario de la manera que mejor puede, quiere o entiende.
Ver lo cotidiano con curiosidad y mirada atenta a los detalles es, sin embargo, una tarea a la que no todos están llamados por diversas razones: falta de tiempo, de inspiración, sensibilidad o simplemente por desinterés.
El hecho es que observar el día a día y meterse en la vida de gente ordinaria, para contar de manera extraordinaria sus historias, puede llegar a ser un arte singular, si la pluma es la correcta y el ojo sabe mirar más allá de lo aparente y de lo común, para encontrar detalles capaces de generar admiración, amor, melancolía, solidaridad y tantos otros sentimientos que emanan de la literatura.
De eso se trata la obra de Julio Rodríguez, un periodista sensible, que puede ver en una persona o situación algo que no todos podemos hacer y mucho menos contar con sutileza, buen gusto y adecuado manejo del lenguaje común, cualidades todas con las que ha sido dotado.
El gran Gabriel García Márquez pudo vivir para contarlo, Julio observó para relatarlo y hoy me toca a mí invitarlos a disfrutar de una serie de historias vividas y bien contadas de la mano de un ya veterano del periodismo en El Salvador.
Oscar Madrid
Periodista