Este 12 de diciembre se conmemoró los 15 años de muerte del sacerdote jesuita Jon Cortina, ingeniero español nacionalizado salvadoreño.
El padre Cortina falleció el 12 de diciembre 2005, luego de luchar incansablemente por los derechos humanos y fundar el 20 de agosto de 1994 la Asociación Pro-Búsqueda en el cantón Guarjila, departamento de Chalatenango, con el objetivo de buscar a las niñas y niños desaparecidos durante la guerra.
Acabada la guerra, junto con Ralph Sprenkels, un investigador de derechos humanos holandés, comenzó a documentar los secuestros de niños y niñas que militares y policías cometieron durante el conflicto armado.
Antes de fallecer, en 2005, pudo ver cómo más de 300 niños y niñas se reencontraron con sus familias.
El sacerdote jesuita llegó a El Salvador en 1955 y se dedicó a la vida pastoral y a la denuncia de violaciones de derechos humanos. También colaboró con el padre Rutilio Grande y luego de su asesinato en 1977, por petición de Monseñor Óscar Romero, se encargó de la parroquia de Aguilares. Vivió buena parte de su vida en Chalatenango. Trabajó pastoralmente en San José Las Flores, Arcatao, Los Ranchos y Guarjila.