Por: Yamila Berdaye
De seguro, en algún momento hemos conocido de alguien que no cree en la importancia de bañarse o de cuidar el aseo personal. Los entendidos en este tema aseguran que después de dos días omitiendo el contacto con el agua las cosas empeoran.
Claro que tal afirmación depende de muchos factores, por ejemplo, en el caso de los bebés, su piel es sensible y no funciona igual que la de los más grandes, ellos pudieran bañarse menos.
El cuerpo crea de manera constante nuevas bacterias, que se alojan y viven en la piel. Se creen existen mil tipos diferentes de microbios, más cuarenta tipos de hongos en la epidermis, lo que puede sonar espantoso, pero no lo es, algunas de ellas traen beneficios y brindan salud.
Las buenas trabajan para destruir microorganismos dañinos y con el baño añadimos quizá una línea extra de defensa contra los patógenos que nos asechan en el día a día. Cuando se salta una ducha, esencialmente se está creando un caldo de cultivo para bacterias, aumentando posibilidades de infecciones.
Mas, sí accedemos a limpiar el cuerpo, eliminamos todos los microbios dañinos que crecen en él durante el día, porque la actividad física acumula siempre una pequeña capa de suciedad.
Afirman los expertos que lavarse el cabello es otra historia. La mayoría de las personas obtiene muchos beneficios de solo lavarse el pelo dos veces por semana. En este tema podríamos apostar porque los aceites naturales tomen el control de vez en cuando, porque es bueno para el cabello.