Los científicos del Trinity College Dublin anunciaron un avance significativo en la comprensión de una forma de demencia de aparición temprana que también puede mejorar la interpretación de afecciones como la enfermedad de Alzheimer, según publican en la revista ‘EMBO Molecular Medicine’.
La leucoencefalopatía de inicio en el adulto con esferoides axonales y glía pigmentada (ALSP, por sus siglas en inglés) es una afección ultra rara caracterizada por mutaciones en un gen llamado receptor del factor 1 estimulante de colonias (CSF1R).
La afección se manifiesta inicialmente con cambios psiquiátricos y de comportamiento en los pacientes, seguidos de una rápida progresión de la demencia en la tercera o cuarta década de la vida. Si bien la afección es muy rara, para las familias afectadas puede representar un diagnóstico devastador.
Como la afección implica la degeneración de la materia blanca en el cerebro, los científicos hasta ahora pensaban que las células inmunes dentro del cerebro denominadas microglía eran las principales culpables de la patología de conducción observada en esta afección. Sin embargo, el equipo de Trinity, trabajando con muestras de pacientes y modelos preclínicos, pudo demostrar que los glóbulos blancos circulantes disfuncionales eran el factor clave de la neurodegeneración.
HALLAZGOS ARROJAN LUCES
“Este fue fundamentalmente un proyecto de investigación traslacional, donde los datos obtenidos de muestras de pacientes informaron críticamente la dirección de nuestros estudios preclínicos. Nuestros hallazgos han arrojado luz sobre un mecanismo novedoso de neurodegeneración que, en última instancia, puede enseñarnos más sobre las formas comunes de demencia”, señaló el doctor Matthew Campbell, profesor asociado del Trinity.
El trabajo identificó que una interrupción en la función de CSF1R en pacientes, así como en modelos preclínicos, induce daño a la llamada barrera hematoencefálica (BHE). Este daño puede cambiar posteriormente la integridad de los capilares en el cerebro, provocando que se filtren y provoquen el deterioro del cerebro. Curiosamente, los glóbulos blancos disfuncionales parecen ser el principal impulsor de esta ruptura de la BHE.
Desafortunadamente, actualmente no existen terapias aprobadas para afecciones como la enfermedad de Alzheimer, que se debe en parte a la falta de una comprensión sólida de los primeros iniciadores de la enfermedad. Si se puede comprender mejor cuáles son las primeras características del Alzheimer, es posible que se logren desarrollar nuevas formas de terapia que se dirijan a estas vías mecanicistas recién descubiertas.
El doctor Conor Delaney, académico del Irish Research Council, investigador postdoctoral y primer autor del estudio, agregó que “el aspecto más emocionante del estudio es que ahora nos hemos centrado en un camino novedoso que hasta la fecha no se ha explorado en gran detalle. Además, nuestros datos sugieren que modificar la función de los glóbulos blancos puede ser terapéuticamente relevante para las condiciones neurodegenerativas progresivas”.