Por: Francisco Parada Walsh*
Será catastrófica. Las guerras no serán soldados combatiendo contra otros soldados; aunque sean de países de primer mundo esos soldados son pobres, luchan en el nombre de la democracia cuando todos sabemos que es una mentira, las guerras serán entre un virus y una mascarilla, entre un virus y una vacuna, entre un virus y la nada. Nadie ha reparado que los responsables directos de esta masacre están libres, es el poder mundial; pocas veces se sabe de ellos y como siempre es apenas un reducido grupo de hombres y mujeres poderosísimos; ellos deberían ser juzgados y sentenciados a muerte, y en vez de una inyección letal se les debe contagiar con el virus, que sufra lo que mi pueblo ha sufrido y particularmente todo mi personal de salud.
Esta pandemia fue creada por hombres como yo, no se vale culpar a un animal, ellos son nobles y no son capaces de hacer el daño causado, todo se hizo en un laboratorio y queda demostrado que la impunidad es una moda y siempre la ha sido. Lo que se viene es peor, mentes dementes entendieron con la ayuda de títeres que son electos presidentes que mientras mueren millones de personas es una oportunidad de robar a manos llenas, esto ha sucedido en los países pobres donde importan más los fusiles que los libros; difícilmente en países avanzados se roba lo que se ha saqueado en estas ensangrentadas tierras.
Este grupo que es el verdadero supra poder decide qué hacer, cómo hacer, poco importa la vida humana y saldrán bien librados como siempre ha sucedido. Se viene algo peor, ya saben que el humano es demasiado miedoso a la muerte y por ende es fácil encerrarlo, maltratarlo, asesinarlo. Así camina el mundo, guerras inventadas en el nombre de los más altos ideales, toda una mentira. Esta pandemia Covid-19 solo fue apenas una prueba de ensayo y error, el número de muertos no es significativo, apenas puede incidir en cambios en el medio ambiente, en la pobreza mundial y en la economía. Todo se hizo con una perversidad inimaginable, lo que se viene será una pandemia que superará los cincuenta millones de muertos llegando si así lo desean a los quinientos millones de fallecidos.
Eso traerá un nuevo orden mundial, será como una película de ficción, zombis caminando por las calles, vehículos atropellando multitudes, un frenesí nunca visto, los hospitales a rebalsar, pacientes asesinando a doctores; todo es más fácil de lo que nos imaginamos, el miedo ha sido algo que demostró que el humano no es fuerte, es débil, frágil, temeroso y sucederá que un letal virus arrasará la tierra, ante el caos los poderosos estarán preparados , es más, ni lo necesitan, siempre lo han estado; darán las ordenes desde sus bunker o desde aviones y los pobres caeremos fulminados como cucarachas; no tengo un pensamiento apocalíptico sino es la realidad, esto fue tan fácil si revisamos lo sucedido en El Pinochini de América que no llegamos a los diez mil muertos sin embargo fue una oportunidad única para que pobres y algunos no tan pobres se convirtieran en personas acaudaladas, algo triste pero sucedió; las funerarias no daban abasto y entendamos que ese no es un negocio que atraiga al gran poder; súper mercados que en siete meses se hicieron multi millonarios, almacenes que venden baratijas nunca fueron cerrados convirtiendo a los propietarios en más ricos de lo que eran, el dolor exprimido hasta sacar la última gota de sangre del pobre. Nada nuevo, las guerras recientes del oriente medio solo sirvieron para tomar el petróleo del mundo, aun, Venezuela no cae por que los rusos están agazapados tras ellos, en un día de camping no porque Vladimir Putin sea el hombre bueno sino que cuidan los intereses de Rusia: El petróleo.
No se disparó una bala, fue más el virus de la vaca loca que se tuvo que disparar a manifestantes en el Capitolio, en la próxima pandemia nos mataremos unos contra uno, será un caos donde con solo el chasquido de los dedos de los Rothschild, Rockefeller, Soros y otros más que el mundo colapsará. Quizá ya no esté en este mundo basura, todo lo que vivimos fue apenas una prueba ensayo-error.
*Medico salvadoreño