La economía de Estados Unidos se contrajo en 2020 a su tasa más pronunciada desde la Segunda Guerra Mundial, con estragos causados por el Covid-19 en firmas de servicios como restaurantes y aerolíneas, y dejando a millones de personas sin trabajo y en la pobreza.
Las cifras del Departamento de Comercio sobre el Producto Interno Bruto del cuarto trimestre, divulgadas este jueves, también mostraron que el repunte fue perdiendo fuerza al cierre del año, en medio de un resurgimiento de los contagios de Covid-19 y del agotamiento de casi 3 billones de dólares en fondos de ayuda distribuidos por el gobierno.
La Reserva Federal mantuvo el miércoles su tasa de interés de referencia a un día cerca de cero y se comprometió a seguir inyectando dinero a la economía a través de la compra de bonos, señalando que «el ritmo de recuperación de la actividad económica y el empleo se ha moderado en los últimos meses».
La economía se contrajo 3.5 por ciento en 2020, su peor desempeño desde 1946, luego del crecimiento de 2.2 por ciento en 2019, y marca la primera caída anual del PIB desde la Gran Recesión de 2007-09. La economía entró en recesión el pasado febrero.
En el cuarto trimestre, el PIB aumentó a una tasa anualizada de 4.0 por ciento, en momentos en que el virus y la falta de otro paquete de ayuda redujeron el gasto de los consumidores y opacaron parcialmente al robusto mercado de la fabricación y la vivienda. El crecimiento del PIB durante el último trimestre estuvo en línea con los pronósticos en un sondeo de Reuters.
El gran retroceso después de un ritmo de crecimiento histórico de 33.4 por ciento en el período julio-septiembre dejó al PIB muy por debajo de su nivel de finales de 2019.
Con el virus aún no controlado, los economistas esperan que el crecimiento se ralentice más en el primer trimestre de 2021, antes de recuperar la velocidad en el verano boreal a medida que se activan más estímulos y más estadunidenses se vacunan.
El sector servicios ha sufrido la peor parte de la recesión inducida por el coronavirus, lo que ha afectado de manera desproporcionada a trabajadores con salarios más bajos, que tienden a ser mujeres y minorías.
El aumento de la pobreza se vio subrayado por la persistente debilidad del mercado laboral.
En un informe separado este jueves, el Departamento del Trabajo dijo que 847 mil personas más presentaron nuevas solicitudes de beneficios estatales por desempleo la semana pasada.
Fuente: La Jornada