Un gol de Pavard a puerta vacía ánte Tigres concede el Mundial de Clubes al conjunto alemán, que cierra la temporada con el sextete, ganando todos los títulos posibles.
Un gol sucio, feo, nada que ver con su estética de costumbre, resolvió el Mundial de Clubes para el todopoderoso Bayern de Múnich, el indiscutible mejor equipo de Europa en 2020 y ahora también del planeta. Un tanto a puerta vacía de Pavard tras un rechace pifiado de Nahuel Guzmán, el arquero de Tigres, en un salto con Lewandowski. Una acción que inicialmente fue invalidada por el colegiado por presunto fuera de juego del ariete antes de su duelo con el meta, pero que el VAR (y allí estaba el chileno Bascuñán al frente de las operaciones) dio finalmente por bueno tras la revisión. Una definición que llegó sobre la hora de juego y que ya dejó sentenciado el combate.
Así que el Bayern se coronó campeón y prolongó la hegemonía europea sobre un torneo que perdió su color reñido cuando pasó del formato de la Copa Intercontinental al de Mundialito. 34 coronas suma ya el continente de las grandes Ligas. La Conmebol, que esta vez ni siquiera jugó la final (Palmeiras perdió incluso la consolación ante el Al-Ahly egipcio en la tanda de penales tras un soporífero 0-0), se queda con 26, cada vez más lejos. Los alemanes levantan el trofeo por cuarta vez. Y cierra el año con el sextete, ganando todos los torneos en los que participó (igualando una gesta que hasta ahora solo había conseguido el Barcelona de Guardiola). En competición internacional, suma 19 victorias en sus últimos 20 partidos (solo cedió un empate, ante el Atlético de Madrid).
Por un centímetro, la distancia que a lo sumo separaba a Lewandowski de Salcedo en el momento del centro previo al gol, dejó al conjunto mexicano sin premio. Antes había competido de pie con el intimidante rival, aunque siempre por debajo en posesión y en número de ocasiones. Sin grandes alardes, ni parecerse al conjunto arrollador que dominó la Champions, con muchas bajas (Thomas Muller lo fue tras dar positivo por Covid en el control previo al duelo), el Bayern logró estar siempre por encima. Nunca sintió peligro. El fútbol volvió a tratarse de un juego de once contra once y siempre gana Alemania.
