Un doloroso recuento

Por: Guillermo Alvarado

Estados Unidos dobló ya el cabo del medio millón de fallecidos a causa de la pandemia de covid-19, un fúnebre registro que se debe en buena medida a la errática conducción de la crisis sanitaria que hizo la administración de Donald Trump, que envió todo el tiempo señales equivocadas a la población.

Más de 500 mil muertos es mucho, sobre todo si se toma en cuenta que eso está ocurriendo en la primera potencia militar y económica del mundo, donde se supone que existen suficientes recursos para enfrentar una contingencia de esta naturaleza.

La vida, sin embargo, ha demostrado que el enfrentamiento a una catástrofe no es tanto una cuestión de dinero, sino de organización, de voluntad política y sentido común.

Estados Unidos tendrá que revisar a profundidad su sistema de salud que, como sabemos, no es público, ni gratuito y mucho menos universal y la calidad de la atención que se recibe depende del precio del seguro que cada persona puede pagar.

Será muy difícil saber cuánta gente, y no hablo sólo de los indocumentados, se enfermaron y no pudieron ir a un médico o un centro de salud por la sencilla razón de no tener una póliza que los ampare.

Otro grave defecto es la ausencia notoria de un sentido de prevención, lo que es común al modelo capitalista de esa sociedad, donde un enfermo no es un ser humano que sufre, sino un cliente que paga una factura.

El negocio no está en mantenerlo sano a toda costa, sino en curarlo cuando se enferma, una lección que les está costando trabajo aprender y que ya provocó medio millón de fallecidos y 28 millones de enfermos en un año.

Este domingo el diario The New York Times rindió un estremecedor homenaje a las víctimas fatales por el nuevo coronavirus. En la columna central de su portada puso un punto por cada deceso ocurrido a lo largo de estos meses.

Es impresionante ver cómo en las últimas semanas, reflejadas en la parte inferior de la página ya no hay un sombreado o claroscuro, sino una barra negra donde no queda espacio para un punto, es decir, un muerto más.

La directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Rochelle Walensky, dijo que se ha registrado un descenso en los casos después de que el 11 de enero se alcanzó el punto máximo.

Esa tendencia también se ha visto en otros países, aunque a nivel global la pandemia sigue su marcha a tambor batiente y difícilmente cambiará su curso mientras queden grandes masas de habitantes fuera de las campañas de vacunación, hasta ahora concentradas en unos cuantos países ricos.

Editado por Maite González Martínez

Fuente: Radio Habana Cuba

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