Por: Elio Masferrer Kan*
El domingo 21 de febrero el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador decidió que pasarían a la segunda vuelta electoral Andrés Arauz de la correísta Unión por la Esperanza (UNES), quien obtuvo el 32.72%, propuesta influida por la Teología de la Liberación, quién se confrontará con Guillermo Lasso de CREO, una propuesta de la democracia cristiana conservadora.
Arauz (36 años) es un joven economista vinculado con las propuestas progresistas en lo social y Lasso un banquero de 66 años, miembro supernumerario del Opus Dei, es partidario de una economía de mercado. La Segunda Vuelta será el 11 de abril de este año. Retenga esta fecha y verá por qué. Otro candidato, el indigenista Yaku Pérez quedó fuera y en tercer lugar por alrededor de 30,000 votos reclama un fraude y exige un recuento de los votos. La Misión Electoral de la OEA se ha involucrado directamente en el proceso y está cuestionando al Consejo Nacional Electoral.
El asunto es muy sencillo, Guillermo Lasso ya fue candidato en varias ocasiones y los jóvenes, las feministas, los indígenas, la población pobre y más empobrecida por la pandemia nunca votarían por él. El programa económico muy inspirado en viejas ideas, ya aplicado por Lenin Moreno, el actual presidente fue repudiado en masivas movilizaciones que tuvieron lugar en 2019, no lograría incrementar su caudal de votos a mas del 30% según sondeos. Esto le daría un triunfo resonante a Arauz con alrededor del 70%, quien es considerado el delfín de Rafael Correa.
El 11 de abril habrá elecciones presidenciales y de congresistas en Perú. Las elecciones de principios de 2020 pusieron de manifiesto el agotamiento de los partidos políticos tradicionales y surgieron nuevas fuerzas políticas. Este país atraviesa una profunda crisis con todos sus expresidentes encarcelados por corrupción en la trama Odebrecht, a lo que debemos agregar el suicidio de Alan García, dos veces presidente, para evitar la cárcel.
El vicepresidente en funciones Martín Vizcarra fue destituido por el Congreso y sustituido por Manuel Merino quién duró 6 días. Su Primer Ministro Antero Flores-Araoz, un militante del derechista Partido Popular Cristiano (ahora en P. Orden) tenía un programa integrista, provida, homofóbico y anti-derechos de las mujeres. Reprimió con violencia las manifestaciones de repudio al Golpe de Estado, con muertos y heridos que obligaron a su dimisión y el Congreso terminó designando al progresista Francisco Sagasti, quien asumió con un carácter de “transición y emergencia”.
Están registradas mas de 10 candidaturas a presidente, de ellas cuatro son relevantes. Analizaré dos extremos políticos: el ingeniero y empresario exitoso Rafael López Arriaga (60 años), miembro agregado del Opus Dei, se lanza con una propuesta conservadora en lo económico, homofóbica y provida. Muy similar a su correligionario ecuatoriano.
En el otro extremo, la antropóloga, psicóloga y politóloga Verónika Mendoza (40 años), quién por escaso margen no pasó a la segunda vuelta en las elecciones de 2016. Habla un impecable quechua y tuvo el apoyo mayoritario en las regiones indígenas de los valles centrales y en las barriadas de indígenas urbanos. Propone revisar la cuestión agraria, redactar una Nueva Constitución, su programa es muy atractivo para los indígenas, jóvenes, feministas, proderechos de las mujeres y de los colectivos LGTQ. La antípoda de López Arriaga.
Cierra este panorama sudamericano y del litoral del Pacífico sur Chile. Este año deben renovar las autoridades municipales, elegir quienes redacten la nueva constitución nacional, presidente de la república y nuevos congresistas con la nueva constitución refrendada en un plebiscito. Las elecciones municipales son el 11 de abril. El sistema político chileno está en una grave crisis desde octubre de 2019 cuando impresionantes manifestaciones populares dejaron sin consenso al presidente Piñeira y desarticularon el Pacto Histórico de gobernabilidad entre la derecha (heredera de Pinochet) Renovación Nacional-RN (Piñeira) y la Unión Democrática Independiente-UDI (Javier Lavín) y la Concertación, una propuesta de Centro Izquierda cuyos principales participantes eran la Democracia Cristiana (PDC) y el Partido Socialista (PS), estaba excluido el Partido Comunista (PC). Había una rotación entre antiguos pinochetistas y la Concertación (Lagos-Bachelet).
Para las presidenciales, destacan dos candidatos posibles, el pinochetista Joaquín Lavín, miembro supernumerario del Opus Dei, un economista formado en Chicago y alcalde de la aristocrática comuna de Las Condes. En el otro extremo el arquitecto y sociólogo Daniel Jadue, alcalde de la popular comuna La Recoleta y miembro del Comité Central del Partido Comunista, quien hizo una excelente gestión municipal y es visto como el único candidato posible para enfrentar a la derecha. Evidentemente la fricción política religiosa elevará las tensiones en la América Latina pospandemia.
*Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH