Por: Mauricio Mejía
Las elecciones han finalizado, los resultados preliminares deberán ser ratificados o modificados luego del escrutinio final que según el artículo 214 del Código Electoral debe iniciarse a más tardar dentro de las cuarenta y ocho horas de haberse cerrado la votación, es decir que debe comenzarse antes de las cinco de la tarde, del miércoles 3 de marzo; mientras tanto el escrutinio preliminar nos ofrece resultados que indican un nuevo escenario político de El Salvador en el ámbito legislativo, municipal y el PARLACEN.
De acuerdo con dicho escrutinio preliminar, sin ninguna duda, Nuevas Ideas se constituye como la primera fuerza política, con una amplia representación en los municipios y en la Asamblea Legislativa; y a pesar de los señalamientos de autoritarismo, violaciones constantes a la ley y a la promoción de una persistente confrontación y agresión verbal hacia la oposición, el presidente Bukele, recibe por segunda, vez el endoso popular nacional, de un electorado deseoso de ver que el presidente le resuelva y satisfaga las demandas que no pudieron satisfacer los partidos que gobernaron antes, habrá que ver si esa expectativa de los votantes se cumple.
Ahora que Nuevas Ideas tendrá bajo su cargo varias alcaldías, veremos si fluyen los dólares del FODES hacia los municipios, esperamos que no se las ingenien para dárselo sólo a las alcaldías afines al oficialismo; ya que, conociendo el uso de viejas mañas por parte de muchos militantes celestes, no nos extrañaría que busquen como torcer la ley para seguir marginando a la oposición.
Aún no sabemos qué tipo de mayoría obtendrá a su favor el presidente, en la Asamblea Legislativa; pero si obtiene la necesaria para no tener que negociar con las fracciones legislativas de oposición, ya no tendrá a quien echarle la culpa y victimizarse, por lo que esperaríamos que ponga en marcha un proceso que eleve la calidad de vida de los salvadoreños de tal forma que el sueño americano se pueda realizar en suelo cuscatleco con la más grande generación de oportunidades de Latinoamérica, sin ningún tipo de marginación y así se terminarían los pobres en El Salvador, porque eso sería lo digno del presidente más cool de América, perdón del mundo.
En esa misma línea, en nuestro horizonte ante el nuevo escenario político, visualizamos que para el presidente Bukele surge la oportunidad de convertirse en un estadista con capacidad de lograr una amplia unidad nacional para construir ese nuevo El Salvador que todos deseamos; el problema es que ello requiere un golpe de timón hacia la promoción del diálogo y el consenso; y lamentablemente, en año y medio de gobierno, el presidente ha demostrado que aun sin tener todo a su favor hace discrecionalmente lo que su voluntad e interés le dictan, por lo tanto, será responsabilidad de la oposición democrática la que deberá trabajar para mostrar el rumbo popular que deben tomar los nuevos funcionarios que resulten electos, tarea que será el mayor desafío del pueblo en el nuevo escenario político.