Sin embargo, Elizabeth MacDonough, experta en procedimientos del Senado, determinó anteriormente el jueves que la cláusula sobre el incremento de sueldos no podía aparecer en la versión senatorial.
La decisión provocó un fuerte rechazo de los legisladores progresistas y grupos externos, que renovaron los llamamientos para rechazar el obstruccionismo legislativo o anular lo indicado por MacDonough.
Pero ninguna de las dos opciones cuenta con el apoyo de suficientes demócratas del Senado, y la Casa Blanca señaló que respetará la regla del salario mínimo.
En otro golpe más a los progresistas, las principales figuras demócratas de la Cámara Alta rechazaron un ‘Plan B’, que se valora a raíz del fallo de MacDonough, para penalizar a las grandes corporaciones que no pagan a sus trabajadores una cierta cantidad.
Una fuente familiarizada con el asunto le dijo a The Hill que existe la preocupación de que la solución del plan de respaldo hubiera ralentizado el proyecto de ley general de alivio del coronavirus.
Los demócratas quieren que el proyecto se convierta en ley antes de mediados de marzo, cuando expirarán los beneficios federales por desempleo, pero no esperan mucha o ninguna ayuda de los republicanos, a pesar de que las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses, alrededor del 70 por ciento, están a favor de la medida.
Eso significa que la vicepresidenta, Kamala Harris, tendría que emitir un voto de desempate en una instancia donde los republicanos controlan 50 escaños y los demócratas y sus aliados los otros 50, e incluso el resultado depende de que todos los del partido azul se mantengan unidos.
Según señala este lunes el diario The New York Times, el Senado puede reducir el monto de 1,9 billones previsto en el documento, pero de todas formas para algunos es demasiado dinero.
El artículo que otorga más recursos financieros (alrededor de 420 mil millones de dólares) es un paquete de cheques por mil 400 dólares por persona para la mayoría de los hogares.
Otros rubros importantes incluyen una expansión de los beneficios por desempleo, una expansión de los créditos fiscales para padres y trabajadores de bajos ingresos; subsidios al seguro médico, y asistencia para la vivienda.
La otra mitad del proyecto de ley es principalmente ayuda a los gobiernos estatales y locales, incluidos fondos para las escuelas, así como para las pruebas y la vacunación contra la Covid-19.
Aún así, ningún republicano de la Cámara de Representantes votó por el proyecto de ley, y es probable que lo hagan muy pocos del partido rojo en el Senado, si es que hay alguno, según The New York Times.
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