Por: Fernán Camilo Álvarez Consuegra.
Se vive en el presente, una lucha electoral continuada: su fin es la consolidación política del Gobierno y, la desorientación de la oposición, no podrá seguramente lograrse así la estabilidad que necesita el país, para su recuperación económica.
El allanamiento, la semana recién pasada de la Fiscalía, a la Asamblea Legislativa, estuvo dentro del marco de la ley, aunque con un despliegue judicial innecesario y excesivo, para el proceso de investigación, aunque necesario, para un golpe propagandístico, contra los partidos políticos, incluyendo a GANA, que inicia su declive, en favor de NI.
Dicho allanamiento, fue provocado por la presión generada por las redes sociales, contra el Fiscal General, pero el proceso, por “plazas fantasmas”, no puede prosperar, porque no está en apego a Derecho: será señalado, por los Troles del Gobierno, como incapacidad y corrupción de la fiscalía, en favor de los partidos políticos, justificando así su próxima remoción, por alguien a fin al Ejecutivo, que aplique la “justicia popular”.
Los empleados, señalados de “fantasmas”, realizan en general trabajo de campo, conforme a las exigencias y estrategias de sus fracciones legislativas y, en lo particular, de sus Diputados, por lo que no existe “estafa en salarios” o defraudación, como se ha expuesto. Estas exigencias, obedecen al asistencialismo que se exige electoralmente, al funcionario; práctica heredada, desde el conflicto armado.
Si jurídicamente no podrá prosperar, un proceso iniciado de esta forma, sí causará el impacto necesario, para seguir justificando el autoritarismo de este Gobierno, sobre todo, si se ignora su estrategia y se siguen dando, declaraciones sin sentido, reforzando la posición de Bukele.
El diputado Beltrán Bonilla ha explicado cómo, en el proceso de campaña, el Gobierno ha superado a los partidos políticos, con su asistencialismo, cortándoles toda posibilidad de rivalidad política y cómo, la tendencia asistencialista, ha definido las presentes elecciones. Esta forma de hacer campaña, es insostenible después de las elecciones, si no hay reactivación económica o, tendrá que sostenerse, a base de impuestos confiscatorios y manipulación por medios sociales.
Ahora el Gobierno, está tratando de crear grupos de “oposición”, cuya tendencia se sume a la que es general en el Gobierno, no permitiendo la existencia de una verdadera oposición, o que pueda cohesionarse, la que ya existe.
La unidad de la oposición, tiene que ser sobre la base de los conceptos propios del sistema republicano, democrático y representativo, pues su estructura, gira en derredor al Estado de Derecho y la libertad. En este sentido, debe destacarse que el Estado de Derecho, implica que su forma se basa en el derecho positivo vigente (la Ley), pero éste, debe ir acorde con el Derecho Natural, o sea, el respeto de los principios anteriores y superiores al hombre, que manan del ordenamiento de Dios, para unos y, para otros, de los Derechos Humanos o, el racionalismo.
De cualquier manera, todo lo que vaya contra la libertad o, los derechos derivados de este principio: propiedad privada, libertad de contratación, prohibición de expropiación, etc., debe de ser combatido y para ello, ya cerrado el espacio político electoral, tiene que crearse la resistencia social.
La unidad en la oposición, no debe basarse sólo en el rechazo a medidas concretas del Gobierno, que claramente dañan a la población, también en principios abstractos que ante un problema señalado por el Gobierno, que existe una solución diferente, que no representa del mismo, la visión equivocada, que está tratando de instaurar por medio de sus Troles y, dominio de los medios de comunicación.
