Salazar murió asfixiada al ser sometida por cuatro policías mediante una técnica similar a la que mató al afroamericano George Floyd en 2020, detonante de masivas protestas contra la discriminación racial en Estados Unidos.
El incidente ocurrió en la localidad de Tulum, en el departamento mexicano de Quintana Roo, y quedó grabado por los testigos del uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes para someter a Salazar, que estaba ebria.
La víctima, de 36 años de edad y con visa humanitaria permanente en México, deja dos hijas huérfanas, de cuya manutención y estudios se encargará ahora el Gobierno de El Salvador, según afirmó Bukele.
Los cuatro policías involucrados en esta muerte, tres hombres y una mujer, fueron separados de sus cargos e interrogados por el Ministerio Público del estado de Quintana Roo.
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