¿Un nuevo país?

Por: Giovanny Preza*

En El Salvador las frases de moda en estos meses que hemos vivido una turbulencia política son: “Un nuevo país”, “una nueva forma de gobernar”, “una nueva clase de hacer política” y otras…. Al escucharlas repetitivamente en los diferentes medios de comunicación tradicional, en todas las plataformas digitales y en las tertulias formales, informales, académicas y de amigos; uno debe realmente cuestionarse lo que conlleva el decir “un nuevo país”

Comencemos preguntándonos ¿Qué es un país? Según la Real Académica de la Lengua Española RAE. País es: Territorio constituido en Estado soberano. O Territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado. Para otros un país es: “Un territorio geográfico concreto que comparte una cultura, una población, una serie de leyes y es políticamente independiente. Está limitado por las fronteras o bordes que comparte con otros países” A partir de estos conceptos no podemos tener “un nuevo país” al menos que uno de nuestros 14 departamentos inicie la construcción inicialmente de un estado independiente para posteriormente convertirse en país.

El escritor Armando Fernandez Steinko (2018) expone lo siguiente: “Los países no existen desde el principio de los tiempos, los países se inventan y luego se van construyendo con políticas decididas y persistentes. Inventar no se refiere aquí a un proceso puramente cultural e ideológico, si bien los bocetos y los diseños son importantes. Inventar es, sobre todo, empezar a mirar las mismas cosas de otra forma, hacerlo desde los problemas por resolver en el presente, significa definir, a grandes rasgos, cómo se quiere que sea ese país, extraer de su larga y contradictoria historia aquello que queremos sirva de referencia para un nuevo diseño, aquello que queremos que «encaje» en nuestro modo de verlo desde hoy para proyectarlo hacia el futuro. El resultado debería ser un nuevo proyecto institucional, jurídico y cultural”.

Regresando a la frase popular de “un nuevo país” e interpretándola de forma coloquial se puede decir que para un ciudadano común es: vivir en mejores condiciones, que el dinero que gana le alcance y sobre para otras cosas, caminar por donde uno quiere sin el temor a la delincuencia común u organizada, que los hijos tenga una educación de calidad que les permita tener mejores oportunidades para afrontar la vida, que se tengan nuevas oportunidades laborales o de crecer en los negocios, que los servicios públicos sean de calidad y de primer nivel, que los políticos ya no roben y que vivan de sus salarios establecidos por la ley y muchas fantasías más.

Todos los cambios que se están viviendo en esta nueva era política tendrán resultados positivos o negativos en el mediano y largo plazo, no hay fórmulas mágicas ni mucho menos proyectos políticos, económicos y sociales que den resultados de inmediato; si hay formas y fórmulas de crear las bases para que esos cambios lleguen y generen el “nuevo país que todos queremos”

Pero si la idea es ver “un nuevo país” de forma inmediata y diferente haga un tour físico o virtual a Holanda, Suiza, Singapur, Suecia, Australia, Canadá, Japón, Dinamarca, Finlandia o Alemania; en estos países si observara de primera mano la calidad de vida de sus habitantes, la clase política que los gobierna, los servicios sociales de primer nivel, los índices de seguridad y todo lo que soñamos para nuestro querido El Salvador.

*Consultor Empresarial.

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