Quienes buscan a las personas desaparecidas en su mayoría son mujeres. Madres, esposas, hermanas, primas, y lo hacen durante meses o años.
En el marco de los Derechos Humanos, la desaparición forzada es considerada un tipo de tortura para quienes no pueden vivir el duelo de una muerte y, además, no pueden seguir trámites familiares por no encontrarse la persona desaparecida, según explicó Silvia Juárez, coordinadora del programa por una vida sin violencia de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz, ORMUSA.
Por otra parte, Juárez dijo que es urgente que haya un sistema de búsqueda temprana de personas desaparecidas, además de registros confiables que reflejen cuántos de los casos acaban en asesinatos.
La coordinadora del programa por una vida sin violencia de ORMUSA, afirma que para luchar contra el flagelo de la desaparición forzada en el país, es urgente que se develen los casos de desaparición forzada, que haya una reconstrucción de la educación sobre el cuerpo y la vida de las mujeres, que las autoridades identifiquen mapas de riesgos en las comunidades y que la ciudadanía haga contraloría a las instituciones de justicia en el país.