Perú. El país se puso interesante: esperanza electoral atrae los ojos del mundo

Periodistas del New York Times, Le Monde Diplomatique de Francia y Agencia Sputnik de Rusia; dirigentes políticos de toda Latinoamérica y observadores interesados de países tan distantes como Vietnam o Yemen están llegando al Perú para conocer y reportar el proceso electoral que culminará el 6 de junio próximo. Son solo algunos ejemplos de innumerables otros países de todos los continentes cuyos observadores ponen el foco de atención en Perú.

Una señal de que la sorpresiva emergencia del candidato ganador de primera vuelta, el maestro Pedro Castillo de Perú Libre, con un programa de cambio del modelo neoliberal hegemónico desde hace más de tres décadas y hoy en aguda crisis, ha despertado el interés global por conocerlo y comprender qué representa y significa.

Especialmente, porque esta candidatura sintoniza con la sensibilidad predominante hoy en todos los pueblos del mundo, que buscan salir de la agotadora pesadilla de la pandemia Covid19, del temor e inseguridad que ha traído y agudizado. Los pueblos esperan y demandan protección y seguridad, dejar atrás el “sálvese quien pueda” neoliberal y saber que pueden contar con un Estado que los cuida y garantiza sus derechos. Las propuestas de redistribución de la riqueza y garantía de derechos que hoy levantan el presidente Biden en Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional y el Papa Francisco, entre muchos otros, son indicadores claros de esta necesidad de solidaridad que recorre el mundo.

Y esta misma necesidad de solidaridad y protección es la que ha impulsado la candidatura popular de Castillo, proporcionándole una marcada diferencia esperanzadora frente a la de su contendora, la señora Ka, centrada, sin tapujos ni rodeos, en el miedo, más miedo todavía. ¿Hace falta más para entender por qué su derrota es segura, a pesar de la descarada, millonaria e ilegal complicidad de los monopolios mediáticos y las encuestadoras?

La buena noticia de esta avalancha de interés internacional que corre pareja con el huayco electoral de Castillo, es que hace todavía más difícil el fraude electoral o el golpe de estado con que los sectores más afiebrados de la derecha juegan por estos días. Una pésima idea, hija del pánico y la desesperación, que de seguro será rechazada por el mundo entero y solo puede terminar peor todavía para ellos.

Tomado de Diario Libre

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