Corín Tellado a las pantallas

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La cultura y el  negocio van de la mano, muchas veces en detrimento de la primera, banalizada cada vez más en función de un gusto masivo en picada.

Recientemente la cadena Telemundo compró a Planeta los derechos de los 4 000 libros escritos por Corín Tellado con el interés de adaptarlos a seriales para la televisión, que de inicio serán presentados en español a una amplia audiencia y, si la suerte los acompaña, traducidos al inglés y a otras lenguas.

Alabada por unos, y criticada por otros a causa de lo melifluo adormecedor de sus historias, la española Corín Tellado (seudónimo de María del Socorro Tellado López, 1926-2009) es la más exitosa y prolífera representante de la novela rosa de todos los tiempos, la autora –según la Unesco– más leída en nuestra lengua después de Cervantes, y responsable de que millones de mujeres aprendieran a leer a partir de sus novelas.

Los méritos citados obligan a pulir el teclado antes de referirse a esta escritora –más fenómeno sociológico que literario–, de la que una vez se pensó tenía un equipo de redactores fantasmas detrás de ella, pero a quien no le tembló la voz para asegurar que podía escribir una novela de una sentada.

Corín Tellado fue capaz de crear un mundo propio, que hizo soñar a millones de muchachas con galanes millonarios rescatándolas de la pobreza, o sumirlas en tensos conflictos de clase entre hermanos enamorados, siempre tratando la escritora de ajustarse a las transformaciones sociales de los tiempos y hábil en esquivar las moralinas de la censura franquista, para lo cual recurrió, en no pocas novelas,  a escenarios estadounidenses con personajes llamados Fred, Robert o Catherine.

 Sus novelas siguen estando activas, lo mismo impresas que en internet, y estas son algunas de las que, en la vía digital, pueden encontrarse: A los pies del magnate, Seducir al monstruo, Sé mía y te daré el mundo, Obligados a casarnos,  Casada por ambición, Compraré un marido, Consuélate conmigo y Deseo un millonario, títulos que hablan, en buena medida, de las  mentalidades femeninas y masculinas involucradas  en el accionar dramático.

Así comienza Obligarnos a casarnos: «Soy una chica de barrio pobre, mi vida consistía en sobrevivir, cuidar a mis hermanos pequeños y de mi madre, que es una drogadicta, hasta que él llego a mi vida (…) Nikos, ese es mi nombre, soy un multimillonario proveniente de familia rica, mi vida podía considerarse perfecta, hasta que mi abuelo me dijo que tenía que casarme con ella. Desde que la conocí me gustó y me cambió la vida (…)».

Hay novelas que pertenecen a los años 40 y 50 del siglo pasado, pero los ejecutivos del negocio han declarado que serán modernizadas con  toques de actualidad, como el teléfono móvil y las redes sociales. También es posible que allí donde Corín Tellado contuvo invariablemente la mano para evitar descripciones sexuales explícitas, «los nuevos tiempos» recurran a lo erótico en demasía, como sucedió con Cincuenta sombras de Grey, esa suerte de Corín Tellado en clave de narcisismo machista.

Se espera que si hay acierto en el blanco, los seriales sean transmitidos en plataformas de streaming como Peacock, Netflix, Amazon y hbo, entre otras. Quedaría  por ver si las almohadas para soñar siguen siendo las mismas, o también tendrán variantes.

Fuente: Granma.

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