Por: Francisco Parada Walsh*
No hablo de un nuevo orden mundial ni de un nuevo orden salvadoreño sino de El Nuevo Desorden Salvadoreño. Tenemos al mejor ilusionista frente a un pueblo que rebalsa en su sencillez y quizá nunca el país había sacado una maestría en una materia que solo existe en el pensum salvadoreño: “Cómo alcanzar la excelencia en la Estupidez” que vive, y muere este sencillo paisito.
Nunca hemos sido una sociedad sino una manada de perdidos buscando el opio, el guaro y el gol; en días aquella familia que vive de una sencilla y exigua pensión tendrá que dejar su casa alquilada para irse a vivir a una pensión, a un cuartucho, a la nada; no necesito ser economista sino solo debo pensar ¿Cuándo ha importado un pobre en El Pinochini de América?: ¡Nunca! ¿Por qué ahora será diferente y mi pensión se verá aumentada con creces?: Nunca su pensión será mayor, tenga la seguridad que ese dinero ya no existe y que usted recibirá migajas, léase bien “MIGAJAS” ¿Entendió amigo pensionado, amigo que recibe remesas y usted fanático perdido? y empezará su calvario cuando apenas le den unas fichas que no le alcanzarán para el pago del alquiler, recibos de agua, luz, cable, vigilancia, comida; ¿Qué hará cuando vaya a un banco y le den el setenta por ciento de lo que usted recibía hasta hace un mes?: ¡Llorar! Y merece llorar por cobarde, por indolente, por fanático.
El hambre sí tiene fanáticos y muchos, será usted uno más que sufrirá tal necesidad pero para mientras, sigamos jodiendo, vamos al centro comercial, o quizá a la playa; ¿Qué hará el propietario de la casa que alquila?: Desalojarlo, usted no tendrá ni para alquilar una sencilla casa, sus medicinas no existirán pues nunca podrá volver a comprarlas, pero todo esto parece un cuento de mal gusto, siga creyendo en el hombre, siga esa vida loca, aproveche y disfrute un corte de carne de medio pelo, algunos mariscos porque nunca volverá a probarlos, si, le hablo a usted salvadoreño ciego, sordo y mudo ¡shhhhh! Si es a usted que le grito, no se haga el desentendido, ¡no se haga el maje! más sencillo no puede ser; pero la pirámide empieza a dar frutos a los “mismos de siempre”, ¿Ve usted preocupada a la oligarquía? : ¡Están más feliz que nunca! Ese fraude histórico que hicieron con las AFP usted nunca lo sabrá porque su dinero y el sueño de una pensión justa y acorde a la calidad de vida que usted merece nunca sucederá; ni siquiera será tema de discusión en la Asamblea Legislativa pues usted indolente salvadoreño no importa a nadie, lea bien, ¡A nadie! Pero siga en esa farra eterna y prepárese para una pobreza que usted quizá nunca ha conocido; ¿Qué decir de las remesas que llegan a la musa, a veces moza que no va a misa y que llevan la comida a la mesa salvadoreña?: ¡Serán saqueadas y usted salvadoreño indolente irá a una institución financiera creyendo que irá a retirar los quinientos dólares que su hijo le envía pero cuando le digan que apenas le darán $225 dólares usted caerá de culo, sabe que mientras el hermano lejano se rompió el lomo para que usted tuviera una buena vida, usted salvadoreño indolente prefirió gastar a lo loco ese dinero, hoy lo necesita, demasiado tarde.
Mientras, la institución fachada que transformará esos dólares llenos de dolores y sangre salvadoreña los convertirá en un nuevo nombre astral: “Dólares sintéticos”, usted será el gran perdedor, solo usted; mientras, usted debe pagar una comisión por retirar ese dinerito y también debe pagar una comisión quien lo envía, esa es apenas parte de la estafa, y la conversión de dólares a bitcoin le queda a una persona real, real como usted, de carne y hueso que no le importa que usted muera de hambre, pero parece que no me entiende ¿Qué no ha entendido que morirá de hambre?: Así será y no soy ave de mal agüero, no, solo veo la realidad y usted salvadoreño indolente empezará a darse golpes de pecho, a llorar, a arrepentirse pero será demasiado tarde.
Recuerdo las elecciones pasadas, mientras hacía fila para votar, platicaba con un hombre setentón, él, muy envalentonado me dijo que “Lo habían tenido engañado por tanto tiempo” y que por eso votaría por el partido gobernante, ese hombre debería trabajar en un circo como bufón; como hay personas más susceptibles a los trucos de magia, algunos no nos dejamos vencer pues pueda ser que en ese intervalo de hipnosis me saquen verdades amargas y me resisto a ser hipnotizado, la jodida es que es todo un país que cual el mago Mandrake, cuando despierte de ese profundo sueño, estará frente al Nuevo Desorden Salvadoreño.
Le hablo y le escribo a usted salvadoreño indolente, que deberá pagar con hambre, con insomnio y miseria haber permitido que una caja de víveres comprara su voluntad; hoy, siéntese en su cola a esperar más dádivas, ¿Cree que le volverán a dar alguna cajotota de víveres?: ¡Nombre amigo!, no sea sencillo, no sea tan …
*Médico salvadoreño