La Mesa Nacional frente a la Minería Metálica (MNFM) hizo un llamado esta semana al Gobierno de la República a retomar las negociaciones de un tratado de aguas transfronterizas con Guatemala y Honduras, donde la minería metálica aún es permitida y amenaza con contaminar las aguas de El Salvador.
Desde el 29 de marzo de 2017 está prohibida la explotación minera en El Salvador, pero las organizaciones ambientalistas advierten que, mientras los países vecinos continúen con esta práctica, las cuencas transfronterizas se verían perjudicadas.
La amenaza más inmediata que ha detectado la MNFM es la posibilidad de que una nueva empresa retome el proyecto Cerro Blanco, una mina guatemalteca ubicada a 14 kilómetros de El Salvador, en el municipio de Asunción Mitia, en el departamento de Jutiapa.
La Alianza Centroamericana frente a la Minería explica en que su página web que la empresa minera Sociedad Entre Mares Guatemala, subsidiaria de Bluestone Resources, presentó en 2004 un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para la exploración y explotación de oro al Ministerio de Energía y Minas de Guatemala (MEM). Sin embargo, en dos ocasiones le negaron la autorización debido a deficiencias técnicas.
Citando denuncias de organizaciones ambientalistas, la Alianza afirma que en 2007, el MEM otorgó un permiso de exploración por 25 años «de forma irregular, violentando así normas de derecho administrativo de la República de Guatemala y poniendo en riesgo la salud de comunidades en Guatemala y El Salvador debido a los posibles impactos ambientales generados por la mina».
La MNFM advierte que la contaminación que podría ocasionar la mina Cerro Blanco afectaría al río Ostúa, al lago Güija y el río Angue de Metapán, cuyos cuerpos de agua desembocan en el río Lempa.
“Si nuestro país está libre de minería, también queremos que nuestra zona transfronteriza, tanto de Guatemala, El Salvador, Honduras, queden libres de toda amenaza de explotación minera”, dijo Videlina Morales, miembra de la MNFM.
En este sentido, solicitaron al Gobierno salvadoreño poner atención en este tema y retomar el diálogo con sus vecinos para evitar que la principal cuenca hidrográfica del país,el río Lempa, se continúe contaminando hasta llegar al punto de no retorno.
De acuerdo con las organizaciones, las primeras negociaciones para la aprobación de un tratado iniciaron con la administración anterior, y aunque hubo reuniones no llegaron a un acuerdo. “Con este Gobierno, hemos tenido un par de reuniones con técnicos, pero no avanza, no va más allá y no da ninguna señal de tener interés en el tema”, aseguró David Pereira, de la MNFM.
Por su parte Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), pidió al Gobierno retomar las negociaciones con los vecinos para encontrar mecanismos que contribuyan a la no contaminación del Lempa y que se retome la propuesta de tratados de aguas transfronterizas, con un enfoque de cuenca compartida.