¿A dónde va el Mercosur?

Por Dolores Gandulfo.

Las tensiones y disputas dentro del bloque del Mercosur parecieron acentuarse durante el transcurso del último año. Podemos advertir que la más importante gira entorno a la posibilidad de abrir espacios para que cada estado pueda negociar acuerdos comerciales por fuera del bloque. En otras palabras, su flexibilización. Sin embargo, con mucha menos difusión, en los últimos días se aprobó la Declaración 01/21 «Estructura Institucional», que amenaza con ser el inicio del desmantelamiento de la estructura institucional del Mercosur. Es, además, la primera medida institucional desde que Brasil es asumió la presidencia pro-tempore.

El 8 de julio, mediante la celebración de la cumbre de líderes de forma remota, Argentina dejó la presidencia del Mercosur y pasó la responsabilidad a Brasil. Durante la cumbre si hicieron visibles no solo las diferencias en cuanto al rumbo que el bloque regional debe tomaren el corto y mediano plazo, sino que también se dejó en evidencia las discrepancias sobre la institucionalidad del Mercosur de cara a un futuro, que podríamos establecer de largo plazo.

En este sentido, cuando fue el turno de tomar la palabra Jair Bolsonaro, lejos de ahorrar críticas y enarbolar un discurso de unidad, sostuvo que el semestre de la presidencia argentina terminó sin lograr las “expectativas y necesidades de modernización”. Un mensaje anticipatorio quizás. Es que, por parte de los gobiernos de derecha, existe una construcción narrativa sobre la idea de que la modernización del estado y sus instituciones locales y regionales requiere necesariamente una re-organización institucional particularmente focalizada en el ajuste presupuestario y el desmantelamiento de áreas en funcionamiento. Es importante recordar que, durante el gobierno de Mauricio Macri, el discurso de modernización del estado se tradujo en la creación institucional del concepto mediante la puesta en marcha del Ministerio de Modernización. Área encargada particularmente y sobre todo en el primer tramo de su gestión, de aplicar los ajustes correspondientes al sector público. Y en materia de política regional la decisión unilateral del Ejecutivo de no convocar a las elecciones de Parlamentarios del Mercosur.

La declaración 01/21 “Estructura Institucional del Mercosur” que el Consejo del Mercado Común publicó el pasado 27 de julio, tiene por objetivo establecer una nueva arquitectura organizativa del bloque, que involucra el desmantelamiento de áreas que tuvieron un fuerte impulso durante la llamada ola de gobiernos populares en la región. En este marco, la declaración establece particularmente el ajuste y recorte del Instituto Social y el Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos del Mercosur, IPPDDHH. Este ajuste de las capacidades institucionales promovidos principalmente por los gobiernos de derecha, hoy convertidos en mayoría dentro del bloque, comenzó con la eliminación de la figura del Alto Representante General del Mercosur durante la convivencia de mandatarios conservadores en los dos países con mayor peso del bloque: Macri en Argentina, Bolsonaro en Brasil.

Esta decisión pareciera traer, más allá de lo concreto de la medida, un costado simbólico que intenta golpear importantes luchas y reivindicaciones de gobiernos populares. Tanto el Instituto social como el IPPDDHH del Mercosur, significaron la institucionalización de demandas provenientes de distintos sectores de la sociedad y reivindicados por los líderes regionales, que buscaba instrumentalizar políticas públicas transversales en el proceso de integración regional. A través del trabajo conjunto y con el involucramiento de actores de la sociedad civil, cuadros técnicos y responsables políticos, las áreas tenían el objetivo de fomentar la cooperación en materia de integración social, promoviendo el valor de la cooperación entre los países e incorporar a los Derechos Humanos como un eje insustituible de la identidad e integración regional, propiciando la discusión y creación de políticas públicas para mantener su vigencia.

La historia reciente de nuestro continente, y en particular de nuestro país como uno de los pioneros en la lucha por reconocimiento de los Derechos Humanos y el juzgamiento de los responsables directos de la última dictadura militar, dieron lugar a que se establezca en el país la sede del IPPDDHH, el cual tiene su lugar en el predio de la ex ESMA.

La decisión de transformar la estructura institucional del Mercosur mediante el desmantelamiento de áreas como el ISM y el IPPDDHH nos hace pensar que se abre un nuevo capitulo en las discusiones sobre el futuro del bloque. En un mundo que parece inclinarse hacia el fortalecimiento de los espacios de integración regional, como sendero para una mejor capacidad de negociación frente a atores de mayor peso, los gobiernos de Bolsonaro y Lacalle Pou parecen decididos a forzar una flexibilización del bloque, desestructurando la arquitectura institucional de uno de los procesos de integración más relevantes para el continente.

* Directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de América Latina y el Caribe (COPPPAL), Directora Ejecutiva de Política Institucional de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y Profesora del Instituto de Capacitación Política del Ministerio del Interior (INCAP).

Fuente: Página 12

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