Por Leonel Ibarra.
Las agencias calificadoras de riesgo consideran que la criptomoneda no reúne las características para ser utilizada como dinero y advierten que el riesgo cambiario será muy elevado.
La elevada volatilidad del bitcóin será uno de los principales problemas con que deberán lidiar las entidades bancarias en El Salvador cuando entre en vigencia el 7 de septiembre la legislación que la convierte en moneda de curso legal.
Al ser consultadas sobre las implicaciones del uso de bitcóin para las operaciones de los bancos, las agencias calificadoras de riesgo coinciden en que en el corto plazo, las entidades locales tratarán de ser conservadoras a fin de evitar los desequilibrios entre sus activos y pasivos en bitcóin dentro del balance y buscarán convertibilidad inmediata a dólares para contener potenciales pérdidas.
Gary Barquero, gerente general de SCRiesgo, considera que la implementación de la Ley Bitcóin ha sido «un proceso acelerado» y «es previsible que el riesgo cambiario incrementará, de manera que las entidades deberán buscar mecanismos de cobertura que les permitan mitigar pérdidas por volatilidad cambiaria».
Por su parte, Óscar Jasaui, presidente de Pacific Credit Rating, dice que las criptomonedas son hoy en día, principalmente, «un método de atesoramiento de riqueza no vinculado al papel moneda o al oro» y aunque es posible que en el futuro puedan evolucionar a ser utilizados transaccionalmente; por el momento «no tienen la confiabilidad requerida por los sistemas financieros globales» en varios ámbitos como lavado de dinero, riesgo de sustracción, excesiva volatilidad, entre otros.
Solamente cuando se involucren los principales bancos centrales del planeta, a medida que los países empiecen a centrar más su atención en ellas y se establezcan regulaciones y controles, se podrían reducir esas desventajas.
En junio pasado, Fitch Ratings ya había advertido en un reporte que esta legislación aumentaría los riesgos regulatorios, financieros y operativos de las entidades, incluido el potencial de violar los estándares internacionales contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
«Las instituciones financieras podrían enfrentar una volatilidad potencial en el valor en dólar de sus balances si los activos/pasivos de bitcóin no se convierten rápidamente a dólar o si las posiciones permanecen abiertas», indica Fitch.
Los expertos dicen que el incremento del riesgo cambiario derivado del bitcóin supone retos adicionales.
Por el lado de las carteras (crediticias y de inversión), se debe analizar qué tipo de ponderación de riesgo se les dará a los activos y pasivos denominados en bitcóin, asimismo los límites internos de las inversiones que pueden hacer.
Esto implicará para las casas matrices, aumentar la propensión para respaldar a sus subsidiarias en El Salvador.
Fuente: El Economista.