Las investigaciones revelan que la app de citas de la comunidad gay era usada con frecuencia por miembros de la iglesia en Estados Unidos y el Vaticano.
Los informes publicados por un blog católico conservador amenazan con sacudir los cimientos de la Iglesia Católica. A partir del análisis de datos de celulares, The Pillar concluyó que sacerdotes de distintos niveles de la jerarquía católica usaban la aplicación de citas entre personas de la comunidad gay, Grindr.
The Pillar publicó una serie de investigaciones que posteriormente fueron replicadas por distintos medios, entre ellos The New York Times. El primer artículo llevó a la renuncia del monseñor Jeffrey Burrill, exsecretario general de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. Burrill era el responsable de coordinar la respuesta de la iglesia a las acusaciones de abuso sexual contra el cardenal estadounidense Theodore McCarrick, reveladas en junio de 2018.
El segundo informe de The Pillar, publicado online días después, menciona el uso de Grindr por parte de personas cuyos nombres no fueron mencionados en la Arquidiócesis de Newark, en Nueva Jersey. El tercero plantea que en 2018 al menos 32 dispositivos móviles emitieron señales de datos de la aplicación desde áreas de la Ciudad del Vaticano a las que los turistas no tienen acceso.
Las investigaciones pusieron a los funcionarios de la iglesia en una posición incómoda. Los sacerdotes hacen un voto de celibato que no es en absoluto flexible, y la descarga o el uso de aplicaciones de citas es incompatible con esa elección. Los usuarios de Grindr, que se promociona a sí misma como «la red de citas más grande del mundo para personas homosexuales, bisexuales, trans y queer», crean un perfil con las preferencias de sus parejas y reciben notificaciones cuando otro usuario se halla en las cercanías.
El padre Bob Bonnot, director ejecutivo de la Asociación de Sacerdotes Católicos de Estados Unidos, dijo al New York Times que el uso de datos de teléfonos celulares para rastrear el movimiento del monseñor Burrill profundizó la sensación de vulnerabilidad que sienten muchos sacerdotes. «Puede ser terriblemente amenazante», dijo Bonnot, quien agregó: «Puede hacer que todos los sacerdotes se sientan incómodos y preocupados».
Por su parte el cardenal de Newark, Joseph Tobin, planteó en un panel de Zoom organizado por la Universidad de Georgetown: «Si alguien que ha hecho una promesa de celibato o un voto de castidad tiene una aplicación de citas en su teléfono, está buscando problemas». Funcionarios del Vaticano confirmaron que se reunieron con representantes de The Pillar en junio aunque no responderán públicamente a sus informes.
Los editores del sitio web de la comunidad católica, J. D. Flynn y Ed Condon, dijeron en un podcast que su trabajo busca exponer una historia secreta de conductas inapropiadas. «El comportamiento sexual inmoral e ilícito por parte de los clérigos que están obligados a cumplir con el celibato podría conducir a una amplia tolerancia para cualquier tipo de pecado sexual», aseguró Flynn.
Fuente: Página/12