Scarlett Silhy
La calidez de las personas
plasmada en la ferviente avidez,
quienes con abundante placidez,
luchan por cumplir sus sueños
a pesar que parezcan pequeños.
Para poder alcanzarlos,
saben que ellos son los únicos dueños.
A lo largo de la vida
podemos degustar
distintos sabores,
que nos dejan
diversas situaciones,
de las cuales buscamos salir campeones.
A veces,
saboreamos el Sumak
de los hechos,
ese toque agridulce
en medio de los afanes diarios,
con los cuales llegamos a conformar
un extenso talonario,
sin encontrar solución alguna,
mas no sabemos,
que Dios nos colmará
de bendecida fortuna.
El Zaatar de la esperanza,
ingrediente principal
perenne en Tierra Santa,
que persevera en los esfuerzos,
por lograr la soberanía y alegría
que tanto ansía.
El Aceite de Oliva,
así como ese bálsamo
confortable que tanto necesitamos
en nuestra vida,
para inundarnos de paz,
afecto,
y valentía
gozando de ello,
sin que nada ni nadie nos lo impida.
El Azafrán,
de majestuosa belleza,
tal como nuestros paisajes,
que no podrían ser descritos,
ni por los mejores reportajes.
El Dátil
a cuan más dulce sabor,
símbolo perfecto del amor,
precioso sentimiento que al aflorar
entre un hombre y una mujer,
ante cualquier circunstancia,
se llega a anteponer.
Porque el amor
es bondadoso y paciente,
no se goza en maldad,
sino con la verdad,
todo lo cree, todo lo espera.
*Poeta salvadoreña