Por: Roberto Morejón
La declaración especial contra el bloqueo estadounidense en el ámbito de la CELAC y una hospitalidad entrañable del gobierno y pueblo mexicanos recibió Cuba, por intermedio del presidente de la República , Miguel Díaz-Canel, durante su visita a la patria de Benito Juárez.
La VI cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños remarcó su importancia como foro de respeto a la diversidad y sin exclusiones, en bien de la cooperación.
Cuba coincide con esa visión y se regocija del triunfo de la reunión, organizada meticulosamente por México.
La mayor de las Antillas saluda al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien revitalizó un espacio de intercambio que no pudo organizar citas cimeras en los últimos años.
En el cónclave, el Primer Mandatario de Cuba expuso líneas generales de la política interna y exterior y el impacto del asedio de Washington, asociado pérfidamente a una brutal campaña de desinformación.
La mayor de las Antillas pudo presentar en el encuentro de la CELAC los avances de su industria biotecnológica, cuyos éxitos, entre ellos los de vacunas autóctonas, también son una conquista latinoamericana y caribeña.
Fue el momento para que reiterara su voluntad de trabajar en el espacio de la CELAC en un acuerdo de suministro de producción y de vacunas con países interesados.
En esa línea de deseos de labor conjunta que tiene también expresión en la ubicación de médicos cubanos en América Latina y el Caribe, resultaron discordantes ciertas alusiones punzantes.
Así fueron las de los presidentes de Paraguay, hacia Venezuela, y de Uruguay hacia la Revolución Bolivariana , Nicaragua y Cuba.
Alejados del espíritu de consenso trabajado arduamente por los organizadores mexicanos, Mario Abdo Benítez y Luis Lacalle Pou desentonaron, con loas hacia la democracia abstracta, en una sucesión de oradores en los que prevaleció la contención.
Esa mesura no fue inconveniente para que la CELAC instara al presidente estadounidense Joseph Biden a modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo a Cuba, y al Congreso de la nación norteña a proceder a su eliminación.
Para los cubanos, ese pronunciamiento tiene un valor moral, político y diplomático brioso, que no puede disociarse de la reiterada postura del gobierno mexicano, y de su presidente AMLO, al demostrar su afecto, consistencia y valentía en la solidaridad con la tierra de José Martí.
Fuente: Radio Habana Cuba.