Numerosos rasgos y decisiones del presente Gobierno, son gerontofóbicos: odio a los mayores, que no entienden este cambio tecnológico ni la actuación, bajo el modernismo, que faltando a la ética y la moral, pretende el Gobierno imponer, creando el mal social, que ahonda las desigualdades ya existentes.
Por: Fernán Camilo Álvarez Consuegra
La estatización planificada de las pensiones y, el retiro de ayuda a los asilos de ancianos, reflejan dicha tendencia, aunque no sean lo único. Las pensiones y la tendencia de limitar a los mayores, su derecho al trabajo, provocando un forzado relevo generacional, va contra la antropología, crea una serie de disposiciones que, en conjunto, desbaratan el funcionamiento del Estado.
Los fondos de pensiones tienen sus propietarios: los cuenta-ahorrantes; según su aporte, las AFP, asignan las pensiones, conforme a lo estipulado por la Ley, aprobada por la Asamblea Legislativa: no es fruto, de criterio antojadizo. Otro factor a considerar, es que su bajo rendimiento, se debe a los préstamos forzosos que, a dicho fondo, ha realizado el Gobierno, tomándolo como propio y casi siempre, pagando un interés, que no cubre ni el factor de devaluación: una Sentencia de la Sala de lo Constitucional, pretendió corregir tal aberración.
El desprecio con el que los troles del Gobierno se expresan, sobre quienes son mayores y no tienen la habilidad, o los recursos para entender la tecnología, lo cual es fácil para los “Millennials” (jóvenes nacidos a partir de los años 80´s y que se caracterizan, como generación digital, hiperconectada y con tendencias gerascofobicas – miedo a envejecer-), que lo expresan, mediante la gerontofobia.
Pretender justificar la estatización de las pensiones, mediante sindicatos oficialistas, es conceder el derecho de un particular, a otro, lo cual es habitual, sólo en un sistema comunista o autoritario que, con posterioridad, permitirá al Estado, realizar cualquier confiscación o robo de bienes privados.
Junto a la gerontofobia, hay por parte del Gobierno, incomprensión generalizada, de la prioridad, de los problemas nacionales, pareciendo que surge una taquipsiquia (aceleración patológica de la actividad psíquica): que se presenta, en algunas enfermedades mentales y trastornos psíquicos, en aquellos que cursan episodios de crisis delirantes, como la psicosis y la manía, pues reaccionan furibundamente, contra la lista Engel, la falta de dinero para su uso y, bajo reserva, se declara toda información habitualmente de uso público, abandonando todo interés nacional, como la pérdida de nuestro territorio y nuestras relaciones internacionales.
A estas horas, hubiese sido la prioridad, que Cancillería enviase nota de protesta, a las Naciones Unidas, reiterando nuestro reclamo, sobre la Isla Conejo, desde que se dieron los primeros hechos, ofreciendo las pruebas que no habían sido admitidas, al momento de establecer los límites terrestres, pero que prueban nuestro derecho sobre las islas y, sobre el Golfo. Pero el Gobierno pretende que, el Departamento de Estado, revierta una investigación sobre la corrupción en Centroamérica. proyectando demandar al Congreso de los Estados Unidos y al Departamento de Estado, sobre sus decisiones de política exterior, ante tribunales comunes norteamericanos. Tales propósitos, revelan el delirante estado, sobre la comprensión alterada de la realidad.
Toda persona que se sienta lesionada en sus Derechos, debe marchar en las protestas; y de no poder hacerlo, realizar acciones, para crear conciencia de la realidad nacional y de defensa de la propiedad privada, de lo nocivo del autoritarismo. Desde los años 80´s, cuando iniciaronse las reformas, que culminaron con las expropiaciones de la tierra y, del sistema bancario, ha existido la seguridad jurídica y, respeto a la propiedad privada. Debe tenerse claro, que una nacionalización de las pensiones, sería ataque directo a los mayores que no pueden emigrar y que necesitan sus ahorros.