Lo malo y lo normal

Recientemente me comentaba un amigo que dio una ponencia a un grupo de especialistas en salud mental y dentro de los comentarios hubo uno que le llamó profundamente la atención y fue, lamentablemente  un miembro del ejército quien dijo algo así:” Que vivir en El Salvador, en un estado de paranoia y otras conductas totalmente anormales es algo que se ve como normal” a lo que mi amigo le hizo ver que estaba muy, muy equivocado.

Por: Francisco Parada Walsh*

Luego platicamos y coincidimos que para la mayoría de la población lo malo es algo normal, curtidos estamos de muertos sea por la pandemia, desapariciones y tantas cosas que en cualquier sociedad medianamente sana, serían situaciones para que las alarmas de la moral y del respeto se encendieran. Pero no, acá debe el ciudadano aceptar que sentirse perseguido, vigilado y acosado es algo  común  que no deben causar ningún malestar, al contrario, más parece que esas malas conductas son las responsables de nuestro actuar.

Realmente no puedo entender que vivir siempre con miedos y otros males sea algo normal; me gusta comparar mi vida con un país como Islandia, Noruega donde la plenitud de la vida es lo normal, hay un orden establecido desde que se nace, hasta las fechas para parir están ordenadas para que el recién nacido  pueda recibir los rayos del sol en caso de un problema de ictericia.

Tristemente que un oficial del ejército salvadoreño apueste o se conforme con vivir siempre en zozobra solo dice lo trastocado de la mente del salvadoreño y quizá tenga algo o muchísima  razón pues acá, se vive en un estado de negación y siempre como el salmón, todo cuesta arriba y pareciera que nada nos perturba, y deseamos  vivir siempre contra corriente.

Me sorprende que lo malo sea ya como algo normal en nuestras vidas, que no anhelemos una mejor vida, ser ejemplos a otros y no permitir que lo malo nos gane la luz que da lo bueno. Definitivamente nuestra mente no es la mejor, las huellas neuronales que dejó un conflicto armado a los viejos como yo no son fáciles de borrar, algo que desconocen los nuevos policías y soldados. Creer que vivir siempre con miedo es normal es algo totalmente erróneo pero hasta ese nivel nos han llevado para que de a poco creamos que lo malo es bueno y viceversa y así, entender que robar, incendiar, mentir, ofender es la regla y que es válido hacerlo.

Aspiro a dejar un país mejor, dudo que lo logre, con solo dejar a mis gatos, perros, gallinas un lugar donde vivan a sus anchas creo que me doy por servido; cambiar un mundo no depende de mí pero cambiar mi mundo es mi responsabilidad. Poco a poco todo es pasado, amistades inconclusas, amores perdidos, recados que nunca llegaron me dicen que el tiempo no perdona y que en estos pocos años, meses o días  que me quedan de vida debo hacer que los que me rodeen se sientan seguros, que no tengan miedos, que vivan felices.

Pocos son esas personas, muy pocos pero vale la pena hacerlo, decir que vivo en un estado de nirvana es falso sin embargo trato día a día que mi sonrisa ilumine al desfallecido, no porque sea mi vida una lámpara maravillosa sino porque he estado desfallecido no una sino millones de veces. No puedo hacer mucho, pero aprendo día a día a que debemos ser más positivos, más amorosos y sobre todo más compasivos con el otro, sea ese otro un hombre poderoso o el perro más flaco de la finca, al fin, todos somos iguales y el mismo fin tendremos.

No deseo riquezas ni pobrezas, solo vivir en paz, solo vivir y con aguantarme a mí mismo, ya es suficiente para estar en paranoias, alucinaciones, manías y depresiones. Solo alucinaciones no he tenido, pero no lo veo como algo remoto; solo es cuestión de tiempo.

*Médico salvadoreño

Si te gustó, compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.