Piel y verano saludable

Se acerca el verano. Comienzan los días más cálidos y soleados y con ellos el placer de sentarnos a disfrutar de tomar un poco de sol. Es importante recordar que estas son las primeras exposiciones con mayor tiempo al sol, después de haber pasado un invierno abrigados y con la piel cubierta y protegida con abrigo.

¿Por qué es importante tener esto en cuenta?, porque es fundamental cuidarnos y proteger la salud de nuestra piel , más que nada de las largas exposiciones al sol, ya que ésta (la piel) actualmente suele estar más frágil y más vulnerable a los rayos solares. Sabiendo esto podemos procurar los cuidados necesarios, e ir progresivamente tomando sol sin herir o quemar la piel.

Por otro lado, si también buscamos o deseamos ir bronceándonos desde ya, es importante hacerlo poco a poco, justamente para no lastimar nuestra piel e ir progresivamente adquiriendo un bronceado más parejo y cuidado en nuestro cuerpo.

¿Qué es importante tener en cuenta, más que nada, en los primeros días de exposición?

Se torna clave comprender que una protección adecuada y tomar sol responsablemente permite disfrutar de un verano saludable. Con respecto a la protección, ésta debe abarcar: tanto las cremas y lociones de protectores solares, (las cuales deben ser bien elegidas, con los factores más adecuados teniendo en cuenta los consejos de los expertos, el tipo de piel, las edades, y el tiempo que nuestra piel haya estado previamente expuesta al sol), como la protección de nuestra cabeza y ojos.

Tanto los gorros como los lentes de sol son muy importantes al momento de protegernos. Mucho tiempo al sol sin este tipo de protección puede afectar nuestra salud, generándonos malestar y complicaciones luego. Por otro lado es fundamental cuidarnos del sol al mediodía. Aunque contemos con la protección adecuada, desde el mediodía y hasta tres o cuatro horas más tarde, y mucho más durante los meses de verano, estar expuestos mucho tiempo al sol a estas horas puede lastimar y acelerar el envejecimiento de la piel. Por otro lado es clave cuidarse los días nublados también. Suele ser común confiarnos de un día con cielo cubierto y no procurarnos una correcta protección. Aún en esos días el sol quema igual.

¿Qué más podemos tener en cuenta para disfrutar de un verano saludable?

Mantenernos bien nutridos e hidratos hace la diferencia. Lo que consumimos favorecerá o no, tanto la salud de nuestra piel, como los propios procesos de bronceado de la misma. Hay alimentos que estimulan y favorecen el bronceado que tantos buscan. También hay muchas frutas y verduras que son antioxidantes, lo que le aporta un gran beneficio y sanidad a nuestra piel. Beber agua con mayor frecuencia permite que nuestro organismo esté bien hidratado, fresco y funcione en equilibrio para todos los procesos biológicos.

Prestar atención y considerar las recomendaciones y consejos de los especialistas (como dermatólogos, nutricionistas, pediatras y muchos más) es fundamental, y mucho más a la hora de proteger y cuidar a los más pequeños y a los adultos mayores, quienes gran parte de las veces presentan pieles muy sensibles y vulnerables.

Si bien procurar una buena protección antes de exponernos al sol es clave, los cuidados de la piel posteriores al haber estado expuestos al sol también serán determinantes en la calidad y en la salud de nuestra piel. Contar con cremas hidratantes naturales, cuidar siempre de lunares, manchas y otras heridas que puedan existir en el cuerpo son otros aspectos importantes a contemplar para gozar de un verano saludable y disfrutable para todos.

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