Según la investigadora en temas de prevención de la violencia, Jeannette Aguilar, existe la posibilidad de que muchas personas desaparecidas estén fallecidas. Aguilar asegura que con la identificación de cementerios clandestinos se genera una crisis forense, debido al uso de dispositivos del terror utilizados por grupos criminales.
“En el estudio reciente con FESPAD encontramos, nos decían los especialistas de Medicina Legal, que incluso las pandillas, podrían ser también otras estructuras, están recurriendo a separar los restos en distintas fosas. Lo cual sin duda dificulta el proceso de asociación esquelética, o sea identificar los huesos que pertenecen a una persona y obviamente su identificación legal, su identificación forense, pero también la restitución completa de la víctima su familia”, explicó la investigadora.
Para Aguilar este es un verdadero drama. Un tema que se debería estar discutiendo en el país, como se hace en otros países como México, para instalar más capacidades frente a estas formas de violencia. “Frente al uso cada vez más creciente de esta tecnología del terror, de privar de libertad a la persona, sacarla de de su entorno, trasladarlas a otro municipio, a un lugar lejano, torturar y en el caso de las mujeres abusar sexualmente por el grupo y luego asesinarla, desmembrar y ocultar sus cadáveres”. Para la investigadora este existe una alta probabilidad de que muchas personas desaparecidas estén fallecidas.
La investigadora lamenta que no haya un registro único de las distintas fuentes criminológicas, que permita tener una aproximación más precisa del perfil de las víctimas de desaparición. Además, Aguilar mostró preocupación en cuanto a la falta de transparencia y el criterio técnico con el que pudiera estarse manejando el hallazgo de osamentas.
“En el pasado, el protocolo tripartita, es decir el protocolo de reconocimiento de homicidios, que involucraba la triangulación de datos entre Medicina Legal, Fiscalía y Policía, establecía que cualquier osamenta localizada por las autoridades, que fuera de datación antigua, aunque se hubiera identificado que hubiera sido asesinado hace dos, tres y seis años, como ha sucedido, pues la mayoría de estos restos óseos son localizados tres, seis, cinco años después, esas osamentas de esa víctima pasaban a ser contabilizadas el día que se encontraba, en el mes en donde se encontraba”, explicó. Para la experta hay una segregación en las actas de la mesa tripartita, porque antes se hacían públicas, sin embargo, no se han actualizado desde mayo.
Aguilar afirmó que es difícil saber qué pudo haber provocado el alza de los homicidios en los últimos días. En las treguas, la baja de homicidios está supeditada a que se den estas variables, muchas veces deliberadas a efecto de generar presiones, señala la investigadora; sin embargo, considera que, de lo que sí hay una claridad, es que las pandillas siguen teniendo el control de los territorios.
Pero, por otro lado, puede haber un acuerdo que está siendo usado para crear un ambiente de incertidumbre y temor para opositores del Gobierno, señala Jeannette Aguilar.
Históricamente, en distintos gobiernos, el tema de pandillas, también es usado como distractor frente a otras prácticas criminales: crimen organizado, delitos de cuello blanco, enriquecimiento ilícito, corrupción, advierte la investigadora en temas de prevención de la violencia, Jeannette Aguilar.