“Bitcoin City”: el “Neoliberalismo 3.0” de Nayib Bukele

En el evento de cierre de la Conferencia Latinoamericana sobre Bitcoin (LABITCONF), realizada la semana pasada en El Salvador, el presidente Nayib Bukele anunció -ante un nutrido grupo promotores e inversores “bitcoiner” que le aplaudían y no paraban de fotografiarlo- la creación de la “Bitcoin City” o Ciudad Bitcoin, la cual estaría ubicada en el departamento de La Unión, bajo la modalidad de “ciudad privada”.

Por: Leonel Herrera*

Este tipo de proyectos existen en Honduras como Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), en las cuales el Estado no tiene injerencia alguna: no cobra impuestos, no aplica sus leyes y los servicios son todos privados. En estas “islas” que se crean en medio de los territorios nacionales, los Estados ceden la soberanía y transfieren sus funciones, competencias y autoridad a las empresas que las administran.

Durante su intervención en inglés, el mandatario salvadoreño detalló que en la “Bitcoin City” no habrá impuesto sobre la renta, “para siempre”, tampoco impuestos sobre las ganancias, cero impuestos sobre la propiedad, ni impuestos sobre las contrataciones, cero impuestos municipales..”. Dijo que “la ciudad tendrá áreas residenciales y comerciales, servicios, entretenimiento, restaurantes, aeropuerto y tren”.

El referido proyecto no es nuevo, el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, en sus últimos meses de gestión y tras abrir relaciones diplomáticas con China, lanzó una propuesta de “Zonas Económicas Especiales” que incluía una en La Unión, pero la normativa que les daría vida no logró aprobarse en la Asamblea Legislativa. La ley planteaba exoneración de impuestos durante 25 años a las empresas que se establecieran en dichas zonas.

En aquel momento, julio de 2018, Nayib Bukele, entonces candidato presidencial, se sumó al coro de críticas contra la referida propuesta: “El proyecto de las “ZEDES” es el más neoliberal propuesto por un gobierno en la historia de nuestro país. Sí, y la propuesta viene del segundo gobierno de “izquierda” en su último año de gestión. Así no más, privatizar un territorio. Increíble”, señaló el ahora mandatario.

Sin embargo, ahora el presidente Bukele, con una lógica neoliberal más extrema, anuncia una propuesta mucho más ambiciosa que la del gobierno anterior: con eliminación de impuestos “para siempre”, nula intervención del Estado y girando alrededor del Bitcoin, la criptomoneda que tiene curso legal en el país desde el pasado mes de septiembre a pesar del abrumador rechazo popular reflejado en varias encuestas.

El proyecto anunciado por Bukele fue presentado días antes por activistas “bitcoiner” que pidieron concesionar partes del territorio nacional para construir “ciudades privadas”. Los proponentes pusieron como ejemplo las ZEDE de Honduras, las cuales -por cierto- son rechazadas por la población, tanto que la candidata presidencial opositora y posible ganadora de las elecciones promete revertir esos proyectos ultraneoliberales.

Los gobiernos de ARENA impusieron el “Neoliberalismo 1.0”, la versión inicial de este modelo económico excluyente: privatizaron la banca, el comercio exterior, las telecomunicaciones, las pensiones, la distribución y parte de la generación de electricidad; crearon un esquema tributario regresivo, desregularon los precios de todos los bienes y servicios, aprobaron tratados de libre comercio y dolarizaron la economía.

Los del FMLN consolidaron un “Neoliberalismo 2.0” que consistió en aplicar programas sociales para mitigar el impacto de la lógica neoliberal, pero manteniendo las políticas económicas. Al mismo tiempo, las administraciones “de izquierda” retomaron la agenda privatizadora con la figura de los Asocios Público-Privados y las Zonas Económicas Especiales, sin lograr finalmente la concreción de estas últimas.

Y hoy la gestión Bukele impulsa un “Neoliberalismo 3.0” que se caracteriza por la radicalización del modelo neoliberal que impuso ARENA y mantuvo el FMLN, mediante implementación del Bitcoin, la profundización de la regresividad fiscal exonerando a las empresas y gravando las donaciones internacionales para las ONGs, promoviendo las “ciudades privadas” y no sabemos qué más.

El padre Andreu Oliva, rector de la UCA, definió en términos teológicos la antidemocracia y el neoliberalismo plus de Bukele al decir que “la maldad del actual mandatario supera con creces la de sus antecesores”. El sacerdote jesuita tiene razón: el neoliberalismo a ultranza de Bukele no es más de lo mismo, es algo peor, mucho peor. Ojalá más temprano que tarde la población se de cuenta y tome cartas en el asunto.

Dios quiera que así sea.

*Periodista. Director ejecutivo de ARPAS.

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