Honduras: Presión de las demandas insatisfechas

Las demandas sociales acumuladas serán una fuerte presión para el gobierno de Doña Xiomara Castro y el partido Libre.

Por: Melvin Martínez

Los grupos sociales organizados sometidos a una fuerte represión en los últimos 12 años, podrían explotar si el nuevo gobierno no diseña una justa y creíble estrategia de negociación inmediata y urgente.

Esta estrategia de negociación debe ser promovida urgentemente ya que sin duda, la nueva oposición buscará todas las formas de manipular el descontento popular, que provocaron ellos mismos en sus 12 años de gobierno. Para ello tienen muchos aliados infiltrados en las organizaciones populares, con los que lograron una relativa sumisión en la docena de años que el grupo más corrupto en la historia del país ocupó todos los poderes del Estado. Seguramente pretenderán en los primeros meses del 2022 evitar el arranque del mandato de Doña Xiomara Castro y el desarrollo de las medidas incluidas en su plan de gobierno.

El periodo post electoral nos va descubriendo en cada minuto la miseria ética de la mayoría de los políticos. Por eso las acciones subrepticias, para desestabilizar el gobierno de la primera mujer hondureña electa presidenta, ya deben estar ejecutándose.

Seguramente afectarán mucho los previsibles exabruptos del primer designado Presidencial electo, con grandes espacios en los medios de comunicación, quien representa, en la coalición triunfadora, a un grupo de empresarios del país con muy débil apoyo popular, si vemos la poca cantidad de diputados electos del Partido Salvador de Honduras.

El gremio magisterial es uno de los más golpeados y reprimidos por los gobiernos del partido nacional, y el sistema educativo el más descuidado de todos los servicios sociales en los últimos 10 años.

El nuevo ministro de educación debe ser alguien con una fuerte habilidad de negociación y generador de confianza para evitar que algunos dirigentes magisteriales, de línea nacionalista, manipulen, desde la base, el descontento acumulado de los profesores. Ellos saben que el gobierno de Doña Xiomara no los reprimirá como lo hizo Juan Orlando Hernández que aparte del excesivo uso de la fuerza de la policía y ejercito, aplicó despidos injustificados para intimidar con saña, como el del profesor Roberto Ordoñez ex director del instituto Central de Tegucigalpa.

Los sindicatos del sector salud y el Consejo Cívico de organizaciones populares e indígenas de Honduras COPINH que fueron, a mí juicio, los sectores organizados más beligerantes ante las medidas antipopulares de los gobiernos post golpe de Estado, aglutinan en sus afiliados una multitud insatisfecha que han sufrido terribles injusticias, como las vividas en el gremio de salud que trabajaron en la pandemia sin las condiciones mínimas de bioseguridad, mientras los funcionarios altos de gobierno robaban inmisericordemente. Sin duda estos trabajadores de la salud e indígenas querrán una atención preferencial sin sectarismo.

La mayoría de sindicatos que permanecieron sumisos en los gobiernos de JOH, por una fuerte infiltración de dirigentes proclives a ese gobierno, podrían ser tentados para acciones de protesta ante las que el nuevo gobierno debe estar preparado. Estos sindicatos Light y las organizaciones de la sociedad civil aliadas solapados de los gobiernos del partido nacional, seguramente intentarán un rol radicalmente cuestionador del nuevo gobierno de Doña Xiomara Castro.

Sin duda las demandas no satisfechas por los tres últimos gobiernos en Honduras, caracterizados por una permanente y cínica corrupción, serán la principal presión del gobierno de Doña Xiomara Castro, mujer valiente a quien la mayoría de la población hondureña le dio su voto de confianza, esperanza y fe.

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