Recientemente, el señero Book Review, el suplemento literario de The New York Times, realizó el ejercicio de revisión de la literatura surgida durante su historia, que precisamente tiene 125 años. El texto escogido aún remece a la sociedad estadounidense y entre los primeros del listado sólo hay un título latinoamericano.
Por Pablo Retamal N.
La convocatoria fue realizada en octubre del 2021, para el aniversario 125 del Book Review, el influyente suplemento literario del New York Times, y apuntaba principalmente a los lectores. La pregunta era simple, ¿cuál es el mejor libro de los últimos 125 años?
Los lectores respondieron. Desde los 50 estados de la Unión y desde otros 67 países comenzaron a enviar sus apuestas. De ahí, en noviembre se presentó un primer corte con los 25 libros más nominados (uno por autor) para la votación.
En aquellos 25 títulos -la mayoría de Estados Unidos y Europa- destacaban clásicos como: 1984, de George Orwell; La luz que no puedes ver, de Anthony Doerr; Beloved, de Toni Morrison; Trampa 22, de Joseph Heller; El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger; La telaraña de Charlotte, de E.B. White; La conjura de los necios, de John Kennedy Toole; El señor de los anillos: la comunidad del anillo, de J.R.R. Tolkien; Un perfecto equilibrio, de Rohinton Mistry; Un caballero en Moscú, de Amor Towles; Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell; Las uvas de la ira, de John Steinbeck; El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald; El cuento de la criada, de Margaret Atwood; Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K. Rowling; La broma infinita, de David Foster Wallace; Matar un ruiseñor, de Harper Lee; Tan poca vida, de Hanya Yanagihara; Lolita, de Vladimir Nabokov; Lonesome Dove, de Larry McMurtry; El clamor de los bosques, de Richard Powers; Oración por Owen de John Irving; Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith; Ulises, de James Joyce.
Llama la atención que solo se consideró un título latinoamericano: Cien años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez.
Hace pocos días, después de contar más de 200.000 votos, el Book Review anunció el título ganador de este listado. Fue nada menos que Matar un ruiseñor, de Harper Lee. Los otros puestos del top 5 fueron: El señor de los anillos: la comunidad del anillo, de J.R.R. Tolkien; 1984, de George Orwell; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; y Beloved, de Toni Morrison.
Además, según indicó el Book Review, tres escritores concentraron nominaciones por siete de sus libros. Estos fueron: John Steinbeck, Ernest Hemingway y William Faulkner. Otros recibieron nominaciones por cinco de sus títulos: James Baldwin, Margaret Atwood y Virginia Woolf. Además, hubo cuatro obras nominadas de la recientemente fallecida Joan Didion: El año del pensamiento mágico, Slouching Towards Bethlehem, El álbum blanco y Según venga el juego.
Durante gran parte de su vida, exactamente por 55 años, Matar un ruiseñor fue la única novela publicada de la escritora Harper Lee. Publicada en 1960, en sus páginas la oriunda de Monroeville, Alabama, tocó un tema sensible en su condición de sureña: el racismo.
De hecho, Lee se basó en hechos ocurridos en su propio pueblo natal, aunque en la novela crea una localidad ficitica: Maycomb, Alabama, y la sitúa en la década de 1930, los años del New Deal y la Gran Depresión. Su propio padre, Amasa Coleman Lee, era un abogado blanco y asumió la encomiable tarea de defender a dos afroamericanos acusados de asesinato.
Ese es el motivo central de la novela. La pequeña Scout Finch narra la historia de su padre, Atticus Finch, un respetado abogado de Maycomb por ser modelo de rectitud, quien asume la defensa de un hombre afroamericano, Tom Robinson, acusado de la violación de una mujer blanca, Mayella Ewell. Pero la acusación es falsa, y pese a que Finch logra demostrar en el juicio que tanto la mujer como su padre, Bob Ewell, mienten, el jurado igualmente declara culpable al hombre, dando cuenta del racismo imperante en la sociedad estadounidense.
La crítica literaria del Times, Molly Young, señaló sobre el volumen: “Lee escribe sobre la vigilancia incesante de Maycomb, sobre la realidad de que, en última instancia, ningún acto pasa desapercibido. A la edad en la que leí originalmente Matar un ruiseñor robé una barra de chocolate del único mercado de mi ciudad, me jacté de ello con una persona y, en cuestión de horas, mi madre me acompañó de regreso a la tienda y me vi obligada a disculparme con el tendero (y pagar por el caramelo). No tenía sentido preguntarle a mi madre cómo lo sabía. Todo conocimiento era de conocimiento público”.
“Hasta que leí la novela de Lee, no sabía que lo que parecían castigos y glorias exclusivos de mi propio territorio eran características: la libertad de volverse loco, la inevitabilidad de ser atrapado, la velocidad de fibra óptica de los rumores, la magnificación de cada pelea en una catástrofe. Así que lo que me llamó la atención, al releerlo, no fue la totalidad del libro, sino uno de sus logros más humildes, que es la forma en que Lee recrea las comodidades, las miserias y las banalidades de las personas reunidas íntimamente en un pequeño espacio”, agrega.
El libro, hasta hoy sigue causando cierto revuelo en la sociedad estadounidense, sobre todo en los estados del sur, los antiguos confederados. De hecho, en 2017 fue declarado prohibido en algunas escuelas del estado de Virginia. Ese mismo año, se les exigió a los estudiantes de una escuela en Mississippi un permiso paterno para poder leerlo. En ambos casos, el motivo era el mismo: el lenguaje utilizado, sobre todo el término nigger.
Tanto fue así, que en 2013, tras 12 años, un condado de Luisiana levantó la prohibición que regía sobre el libro, y los estudiantes por fin pudieron acceder al volumen.
Solo en abril del 2021, la Oficina para la Libertad Intelectual (OIF) de la American Library Association (ALA) elaboró una lista de los 10 libros más cuestionados del país con el fin de informar al público sobre la censura en las bibliotecas y las escuelas. Matar un ruiseñor estaba justamente incluido en aquel listado.
“Como adulto, puedo percibir por qué la novela podría tener un atractivo duradero para muchos y una repulsión duradera para tantos -agrega Young-. No puedo comprender las complejidades de enseñarlo a estudiantes de escuela primaria en 2021, especialmente después de leer relatos en línea de maestros tanto en el lado ‘pro’ como en el ‘contra’”.
Tras su éxito, en 1962 la novela fue llevada al cine con el actor Gregory Peck en el papel de Atticus Finch. Su performance fue brillante y fue reconocido con el Premio Oscar al Mejor actor. El filme obtuvo otros dos galardones: mejor dirección artística y mejor guion adaptado.
Harper Lee falleció el 19 de febrero de 2016, a los 89 años, en su natal Monroeville. El año anterior había publicado su segunda novela, Ve y pon un centinela, escrita antes de su obra cumbre.
El libro se puede encontrar en Chile en castellano vía Buscalibre y en librería Contrapunto.
Fuente: La Tercera.