Por: Francisco Parada Walsh*
No voté por el presidente de turno. Hubo señales claras de lo que se vive actualmente. A más de dos años, el país topó, no hay dinero más que odio. Y tristemente dudo que ese odio alcance niveles supremos sino que sencillamente es una común arenga para el populacho sienta que tiene un redentor; eso de “los mismos de siempre”, “los de la esquina”, “el tres por ciento” lo único que ha traído es división, rencor y venganza.
Debo aclarar, los mismos de siempre fueron, son y seguirán siendo los mismos de siempre, esa oligarquía que es intocable; ¿Cómo podemos considerar que somos una sociedad civilizada y solidaria si lo que me inculca la máxima autoridad es a vilipendiar, humillar y a putear al adversario? Y ese contrincante fanático es otro muerto de hambre como yo ¡Así de sencillo! La vida es tan cara como en cualquier país de primer mundo cuando somos apenas un rebaño; no me imagino a un ciudadano noruego cargando un cántaro de agua por largas distancias pues su comunidad carece del vital líquido; no puedo ni pensar que en Inglaterra hubiera desaparecido más de quinientos ciudadanos sin que un gabinete o cámara hubiese puesto su renuncia ¡Con tan solo el caso del niño asesinado a patadas es suficiente para renunciar! En nuestro país el robo al erario público es algo cual una academia de futbol, entra el padre a trabajar para un gobierno y se aprende todas las mañas y artimañas para saquear todo lo posible, el hijo, solo debe seguir las huellas, cual el arroz que Hansel y Gretel fueron tirando para volver a su cabaña; ejemplos sobran, tenemos al hijo de un alto ex funcionario de ARENA de diputado por el partido- partido oficial, “El descuartizador de la San Francisco” trabajando para el estado, claro, es hijo de un connotado abogado, al final, no somos nada pero acá, saquean el país frente a nosotros y ¿Qué hacemos? Póngase la mano en el ombligo, que le suban el volumen a la Sonora Dinamita y a bailar, zámpese el guaro que quiera pero nada cambiará.
Durante siete meses y unos cuantos días más, el Banco Central de Reserva entregó en efectivo maletas rebosantes de dinero en efectivo, eran quince, ¡quince millones de dólares diarios! Que recibía el ejecutivo y ¿Dónde está ese dinero?? ¿No ha sentido la vida más cara? ¡Ahí está ese dinero! que fue saqueado, no dan señales de él y usted creyendo que reparar una calle de la zona alta es obra de este gobierno cuando el sencillo e imberbe ministro de obras públicas que no pasa los treinta años (Debo aclarar que el hombre empieza a madurar a los 35 años de edad, este joven tiene de edad: Menos cinco años y lo que hizo fue que el corre caminos y el coyote se estrellaran y perdieran los pocos dientes y el pico) ¡Esa es nuestra realidad! ¿Por qué migra la gente? No es para que su cultura aumente, emigran ¡Por hambre! ¡Para que a sus hijos no los desaparezcan! Por eso se nos va la gente, no importa el riesgo que se corre al buscar el sueño americano si vivimos en El país del Riesgo.
Sin fanatismos, ¿Puede ahorrar algo amigo lector? Lo dudo, vivimos para pasarla, no hay un futuro, las Nuevas Ideas son como carros chocones que topan contra una pared y retroceden, vuelven a intentarlo y sucede lo mismo; nadie les presta dinero, se robaron el dinero por miles de millones, invirtieron dinero del estado para obtener ganancias en el Bitcoin cuando la moneda virtual empieza a desplomarse; algunos amigos me dicen que aún creen en este gobierno pues nunca vieron cómo trataban a los pandilleros en los reclusorios cuando todo ¡Estaba arreglado! Hoy, la moda son las desapariciones, la prostitución infantil y qué decir del narco tráfico, como que fuera cereal, cual Corn Flakes, solo falta la lechita.
Salen 700 kilogramos de CEPA y son incautados en España, más de 400 kilos en Costa Rica, ¿Será este país el que deseamos para heredar a nuestros hijos? No lo creo, se lo quebraron y aun, falta la mitad del periodo presidencial; desde el punto de vista objetivo y logístico este gobierno no tiene ni un plan partido por la mitad, es la improvisación, la culpa a los otros, la tozudez y la marcada ignorancia de los diputados oficialistas como una joven que tan cándida y sencilla dice que el presidente Biden le tiene envidia a el nuestro presidente; Diputados que nunca imaginaron llegar a la asamblea y ahora, en un escupitajo a la estupidez, se les ocurre decir tales sandeces.
Ese es mi país, un país quebrado donde cada día miles de salvadoreños se van a la nada, a tierras desconocidas, con tal de no seguir en ese peregrinar de la muerte. Sin fanatismos, ni la guerra civil causó tanto estrago como este gobierno. Que en este amable y bello caserío me den cuatro huevos por un dólar, es increíble pero así las cosas. Mientras, ¿Qué postre comeremos el 31?
*Médico salvadoreño