La rutina

Es el cotidiano hecho “automático” que generalmente hacemos los seres humanos; infinidad de ellos, se quejan de ello, por aburrimiento, hastío, o cansancio de hacer siempre lo mismo. El diccionario principal del español y su academia mundial, (RAE) dice sobre este tan comentado tema humano. Costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática”.

Por: Antonio García Fuentes

¿Pero la rutina y de verdad es algo indeseable? No en absoluto: la rutina nociva, es la que realiza, el “vacío de inquietudes y que lleva la vida de forma anodina y de forma que le hastía, por cuanto su cerebro, está congelado”; pero la rutina “organizada”, satisface e incluso ilusiona a ese ser, que de verdad, siente que “su alma mueve a su cuerpo”, puesto que generalmente se nos dijo y dice, que, “el cuerpo tiene un alma”; y no es así; “es el alma la que tiene un cuerpo y al que maneja según la fuerza e inquietudes que la misma posea”.

De ahí que cualquier inquieto o intelectual de cualquier grado (“que son infinitos”) hagan de “su rutina”, su motor y alimento principal de su ser; y a él dedican sus máximas fuerzas creativas de lo que sea; puesto que las aficiones, son innumerables y para el que las siente, “son su principal pan de cada día”, sea éste “criar canarios, escribir libros, componer música, esculpir en cualquier material, formar en cerámica, o dedicarse a observar la naturaleza en sus infinitas formas y escuelas”.

Por otra parte y profundizando, hasta el propio Sol, que es el padre de la vida en nuestro planeta, tiene “una rutina sideral”, puesto que incansablemente se dedica a producir y expandir sus fuerzas calóricas, para alimentar y controlar, todo su sistema, y hacer girar sobre sí mismo, los cuerpos estelares que lo conforman; donde y que podamos valorar, existe ese “milagro” que es el planeta “Tierra”; el que situado o colocado, a una “muy estudiada”, distancia del núcleo que la calienta y da vida, mantiene a su vez, las infinitas formas vitales que muestra; las que no serían posibles si estuviese situada, “un poco más distante o a un poco menos distanciada del foco que la calienta”; sencillamente, por cuanto esa vida, no sería posible, por el exceso de frío o calor que resultaría en esos otros puntos del espacio.

Rutina son las órbitas de los planetas y satélites de éstos alrededor de sus “mayores” que con su fuerza de atracción los obligan; rutina dentro de nuestro planeta, son las estaciones (primavera, verano, otoño, invierno) que se suceden de forma “rutinaria”; como la noche y el día, como las mareas de “las aguas” (no sólo las de los mares) que por influencia de la Luna, tienen sus ciclos “rutinarios”; como las tienen las flores y frutos, los ciclos reproductivos, de “todos los bichos vivientes” y de hasta los cometas, que periódicamente, “vienen y van” en sus inmensas distancias, rutinarias por las que circulan.

Así es que visto ello, lo inteligente es, estudiar cada uno la rutina que más o menos le hará conforme (la felicidad no existe en este planeta) y podrá llevar una vida, mucho más placentera, del, “rutinario adormecido o casi muerto, que no sabe ni qué hacer, salvo comer, beber, defecar y cosas así, a las que le obliga su propia naturaleza. De ahí, que me sorprenda mucho y hace muchos años, cuando oigo, a algún insensato decir a voz en grito… ¡Tengo gana de jubilarme para no hacer nada! Este imbécil (macho o hembra) no sabe lo que dice, si “la condena que él mismo se propone se cumpliera tal y como pide”; como prueba de ello he copiado en Internet, lo que sigue:

“¿Cuál es la receta del éxito? Puede que nunca la averigüemos. No obstante, lo que sí sabemos es que mediante el análisis de las rutinas y las prácticas de las personas más exitosas, podemos identificar patrones en sus estilos de vida que nos sirven para hacernos una idea de cómo deberíamos manejar nuestro tiempo. Con sus agendas tan apretadas, prefieren tener una rutina establecida; porque saben que les funciona y que así se comerán el mundo. Pero el mérito no es solo suyo, hasta los más exitosos tienen ayuda. Emma Tynan, conocida ‘coach’ en el ambiente de las grandes fortunas, ha investigado las rutinas diarias de sus clientes. En todos los casos, los hábitos han contribuido mantener alta su productividad y, al mismo tiempo, atender a lo que de verdad importa: las relaciones personales, la salud y el descanso. Esto no quiere decir que sean perfectos, ni mucho menos, pero han logrado establecer un horario que les ayuda a alcanzar sus metas. Estás prácticas, señala Tynan, funcionan siempre que sean constantes y se practiquen diariamente”. (Wikipedia).

Por todo ello, la rutina no es mala, cuando el individuo sabe buscar la que le conviene en todos los sentidos de la vida; la mala, es; “la mala rutina del que congelado no sabe salir de su congelación, aburrimiento, o hastío”.

 *Escritor y filósofo

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