La minería metálica es por definición una actividad cuasi industrial por su volumen, que demanda enormes cantidades de agua para la draga, mercurio para meteorizar la roca, enormes espacios para desechos y lixiviados resultantes de la percolación, y, por supuesto, mucho pero mucho tiempo para reabsorberlos.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
En ambos casos [cielo abierto o en cantera expuesta, o de perforación y gruta] la inversión de estos elementos no será mínima.
Visto así, aquello de “Minería Sostenible” no es sino un contradicho, una bufonada, pues nada como eso existe, dado que toda actividad minera deriva por definición en graves impactos ambientales.
Es decir; no solo el suelo se vuelve improductible en términos agrícolas, tampoco puede ser usado para construir residencias u otra actividad humana pensada a largo plazo, por los efectos perniciosos que esta tiene.
Entonces, la extracción planificada de metales preciosos, debería ser considerada solo para aquellas naciones cuya población se encuentre lo suficientemente lejos de los espacios intervenidos, posea el suficiente espacio territorial para ser condenado, y por supuesto la suficiente agua para la debida filtración.
En nuestro caso, las condiciones descritas simplemente no existen, pues debemos recordar que nuestra extensión territorial es de apenas 20, 000 kilómetros cuadrados [luego de ceder a Honduras los gobiernos de derecha, 1,000 kilómetros cuadrados por razones electorales, pues consideró que aquellos territorios eran inútiles, pues ahí se encontraban los principales apoyos electorales a la naciente oposición de izquierda luego del conflicto armado, y que en breve el actual gobierno sumará fo rmalmente la isla Conejo].
Tampoco existen los volúmenes mínimos de agua para su desalojo, pues solo tenemos al rio Lempa para solventar las crecientes necesidades de agua potable para nuestro país, que ya está siendo impactado por lixiviados mineros de Guatemala.
Con esto en mente debemos ahora considerar el reciente ingreso de nuestro país – el 17 de mayo de 2021 – al Foro Intergubernamental de Minería (IGF) con sede en Canadá, sobre lo que el gobierno guarda silencio como en todos los temas de interés público.
¿Qué supone esto?
Supone el inminente reinicio de actividades mineras a gran escala en nuestro país, en los territorios que ya se encuentran delimitados desde los años 90’s por los estudios realizados por las mineras canadienses, las cuales por cierto mientras estuvieron acá, se vieron envueltas en truculentos asesinatos de ambientalistas, que no se resolvieron adecuadamente, pues solo se proceso a algunos de los responsables materiales, no así a los instigadores e intelectuales.
Por otro lado, el gobierno salvadoreño sí ha asegurado que su ingreso a la IGF es para obtener asesoramiento para la actividad minera no metálica, es decir, la extracción de puzolanas y fosfatos, para cemento y abonos.
En todo caso, incluso así, la demanda de tierras y agua para la extracción de materia prima será simplemente una negación para la vida en nuestro país.
Así las cosas, es esta otra de las brillantes ideas de la actual administración que solo supone como toda su oferta, un riesgo grave para nuestro futuro.
*Educador salvadoreño.