Tragedias evitables

Por: Guillermo Alvarado.

La sociedad argentina está conmocionada por la muerte de al menos 23 personas y la hospitalización en estado grave de otras 70, la mayoría jóvenes, que consumieron cocaína adulterada con una sustancia muy tóxica en un barrio de los suburbios de Buenos Aires.

De acuerdo con las informaciones una parte de los afectados acudieron a los hospitales en busca de ayuda médica, pero hubo otros consumidores que optaron por permanecer en sus casas o en las calles donde fallecieron, por lo que la cifra de víctimas puede crecer.

En cuanto se conocieron los primeros datos de la tragedia, las autoridades realizaron allanamientos y lograron confiscar gran cantidad de dosis en manos de distribuidores de estupefacientes al por menor, evitando así mayores daños.

El consumo de drogas es una plaga que, en mayor o menor medida, afecta a gran cantidad de países en todo el mundo hoy día, pero los enfoques para combatirlo no siempre son los más efectivos.

La producción, transporte y venta de estos nocivos productos son fenómenos globales, manejados por organizaciones con ramificaciones internacionales, por lo que la lucha no puede ser a nivel de países aislados.

Ante una amenaza común, la respuesta debe ser también común, con un intercambio de información y experiencias transparente y honesto.

Hasta ahora en muchas partes se ha privilegiado el uso de los cuerpos de seguridad, incluso del ejército, lo que no ha dado los resultados esperados y México es un buen ejemplo de esto.

Es verdad que la producción y la venta son delitos graves, que requieren la acción de la policía y los tribunales, pero ese esfuerzo debe completarse con otros sectores, como la educación y la salud.

Los traficantes son delincuentes, pero el adicto es una víctima, un enfermo que requiere atención multidisciplinaria y como dijo José Martí, que la mejor medicina es precaver, es vital proteger a los jóvenes para evitar que den el primer paso en ese oscuro mundo, del que en ocasiones no hay retorno.

Caso contrario, se podrían producir problemas como los de Estados Unidos, donde en 2020 más de 93 mil consumidores murieron por sobredosis.

La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito dijo en su informe de junio de 2021 que 275 millones de personas utilizaron algún tipo de estupefaciente en los 12 meses anteriores a esa fecha, a la vez que la percepción de riesgo entre los jóvenes bajó hasta el 40 por ciento, datos ciertamente alarmantes.

Accidentes penosos como el de Argentina deben llamar la atención de la sociedad y autoridades para prevenir este tipo de tragedias.

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