Bancadas opositoras cuestionan a Héctor Valer por un supuesto caso de violencia familiar en 2017. El funcionario, que ha negado esa acusación, sostiene que es un nuevo intento de desestabilizar al Gobierno.
A menos de 48 horas de haber sido nombrado primer ministro de Perú, Héctor Valer fue cuestionado por legisladores opositores debido a una supuesta denuncia en su contra por violencia familiar, por lo que su cargo en el Gobierno de Pedro Castillo ya fue puesto en entredicho.
Valer, nuevo presidente del Consejo de Ministros, habría sido objeto en 2017 de una acusación por maltratos, formulada por su exesposa, Ana Montoya Leo -ya fallecida-, y su hija. El ahora funcionario ha negado los supuestos hechos y sostiene que se trata de un nuevo intento opositor por desestabilizar la gestión del mandatario de izquierda.
En pocos días, el nuevo equipo de ministros designado por el Ejecutivo, y encabezado por Valer, pedirá al Parlamento el voto de confianza, necesario para el nombramiento definitivo. Sin embargo, varios bloques no alineados con el Gobierno ya adelantaron que no lo aprobarán.
«Si a nosotros no nos dieran el voto de confianza (…) nos iremos, se reestructurará el Gabinete y habrán perdido la primera bala de plata, que es lo que buscan los otros congresistas, para luego el presidente utilizar la bala de oro, que es la disolución del Congreso, porque puede interponer una nueva moción de confianza», dijo Valer en rueda de prensa.
Con esa herramienta, un presidente puede defenderse de acciones en su contra por parte del Congreso, pues si le niega dos veces la confianza queda facultado para disolver el parlamento, como hizo en 2019 el entonces presidente interino Martín Vizcarra.
«No pienso renunciar, porque esto es una patraña. No voy a renunciar frente a tremenda canallada», manifestó Valer. En la mañana, el primer ministro reconoció que su hija de 29 años se presentó ante la Policía luego de una reprimenda suya, pero negó haber protagonizado hechos de violencia, ni con ella ni con su expareja.
«Si todo esto fuera cierto, mi integridad moral me obligaría a renunciar. Pero como no lo es, y hay un trasfondo político, seré un hueso duro de roer. Si así lo quiere el presidente, seré la primera bala de plata que el Congreso gastará», insistió Valer en una entrevista con radio Santa Rosa.
FUENTE: español almayadeen.net