Aunque es una noticia que puede provocar actitudes depresivas, siempre será mejor ser transparente con un niño que padece cáncer, una enfermedad que cada año afecta a 400.000 menores de 0 a 19 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Uno de los momentos más complicados del cáncer es recibir la noticia. Tener la consciencia de que tendrás que lidiar con este padecimiento y que, probablemente, morirás.
Sin embargo, en el caso de los niños, siempre será mejor que estén informados sobre la enfermedad que sufren, ya que esto les brindará certidumbre y tranquilidad sobre la condición en la que viven, asegura Fátima Espinoza Salgado, psicooncóloga la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«[Es más benéfico] informales qué y cómo se los van a hacer [los tratamientos], además de algunas mínimas técnicas de relajación. Incluso se ha comprobado que disminuye el consumo de dosis de anestésicos durante su tratamiento», explica la especialista y autora del ensayo Escala de estrategias de enfrentamiento para cuidadores primarios informales de pacientes con cáncer.
«Cuando se conoce la valoración médica se requiere acompañamiento debido a que esta enfermedad en la niñez ocasiona una crisis aguda, ya que interfiere con los planes personal, escolar, familiar y emocional», detalla la psicooncóloga.
También alerta sobre los grandes riesgos psicológicos que implica adoptar una estrategia que se conoce como «la conspiración del silencio», que consiste en ocultarle a los niños su estado de salud. En algunas ocasiones, ni siquiera les dicen que tienen cáncer.
El camino ideal para un menor de edad que tiene esta enfermedad es encontrar un equipo multidisciplinario que, además de oncólogos especialistas, cuente con psicólogo, rehabilitador y nutriólogo.
«Es normal el llanto y aún más durante el tratamiento, porque en la mayoría de las ocasiones tienen que hospitalizarse y, entonces, conforme transcurren las sesiones, también viene un creciente temor a la recaída», comenta la académica de la UNAM.
Los tipos de cáncer infantil más comunes son las leucemias, los cánceres cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms, según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«En los países de ingresos bajos o medianos, las defunciones evitables por cáncer infantil obedecen a la falta de diagnóstico, a diagnósticos incorrectos o tardíos, a las dificultades para acceder a la atención sanitaria, al abandono del tratamiento, a problemas de toxicidad o a recidivas», advierte la OMS.
Tomada de https://mundo.sputniknews.com
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