A sus 36 años, Gabriel Boric será investido hoy como el presidente más joven en la historia de Chile, con el compromiso de realizar cambios en un país inmerso en el proceso hacia una nueva constitución.
Boric jurará el cargo durante una ceremonia en el Salón de Honor del Congreso Nacional, en la ciudad de Valparaíso, donde participarán jefes de Estado o de Gobierno y delegaciones de varios países.
La actividad se efectuará cerca de las 12:00, hora local, bajo estrictas medidas de la seguridad debido a la pandemia de la Covid-19.
El exlíder estudiantil, postulado por la coalición de izquierda Apruebo Dignidad, ganó las elecciones del 19 de diciembre de 2021 con una amplia ventaja de casi 12 puntos sobre su rival, el ultraderechista José Antonio Kast.
En esos comicios Boric fue electo con la mayor votación (4,6 millones) y la más alta asistencia a las urnas desde la implantación del sufragio voluntario en 2012.
Durante sus cuatro años en el poder estará acompañado por un gabinete donde las mujeres son mayoría, al ocupar 14 de los 24 ministerios, entre ellos carteras trascendentales como Defensa, Interior, Justicia y Relaciones Exteriores.
La nueva administración tendrá que enfrentar enormes desafíos en un país considerado entre los de mayor desigualdad de la región, impactado por la Covid-19, la elevada inflación, el bajo crecimiento económico, la crisis migratoria en el norte y el conflicto en la región de La Araucanía.
Su programa de gobierno prevé lograr un sistema universal de salud, aumentar las pensiones y el salario mínimo, reforzar el papel del Estado y una reforma tributaria, pero con un Congreso dividido será complicado hacer avanzar sus proyectos, opinan analistas.
“Hay una gran expectativa, la gente espera cambios, pero debemos hacer un llamado a frenar un poco esas expectativas, sobre todo en el corto plazo”, declaró a Prensa Latina el analista y director del periódico El Siglo, Hugo Guzmán.
El propio Boric admitió que el proceso de transformaciones se hará “paso a paso, porque los países no se reinventan de la noche a la mañana”.
El presidente deberá, además, llevar a buen puerto el proceso hacia una nueva constitución en reemplazo de la vigente desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La redacción de la carta magna está avanzando sólidamente –afirmó Guzmán- y precisó que ya se someten a votación en el plenario contenidos que tienen que ver con los derechos sociales, de los pueblos indígenas y las mujeres, un cambio en la institucionalidad del país y un avance hacia un modelo de desarrollo sostenible.
Todo este proceso marcha a pesar de las presiones, los ataques y descalificaciones de los sectores conservadores, expresó. (PL)