¿Más vale tarde?

La evidencia de la guerra en Europa del este y la preocupante posibilidad de que ese conflicto se extienda, han provocado una oleada de gestiones en gobiernos y entidades internacionales para tratar de encontrar una solución diplomática a un enfrentamiento que no debió ocurrir.

Por: Guillermo Alvarado

En esta línea, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, advirtió que la perspectiva de un conflicto nuclear, antes impensable, ahora se vuelve una posibilidad y exhortó a las partes beligerantes a optar por la paz.

Similares llamados se hacen desde otros lugares y tienen hay iniciativas, como la del gobierno de Turquía para sentar en la mesa a altos cargos de los países concernidos directamente por la crisis, con el propósito de lograr una desescalada en las acciones.

Hace unos días el primer ministro de la República Popular de China, Li Keqiang, también expresó su preocupación por el conflicto armado y ofreció los buenos oficios de su país para lograr la paz.

“Respaldamos y alentamos todas las gestiones que conduzcan a una solución pacífica de la crisis” dijo el funcionario y agregó que “la tarea más apremiante ahora es impedir que las tensiones crezcan o incluso se salgan fuera de control”.

Por otro lado, algunos países de la Unión Europea, alineados con los intereses de Estados Unidos, mantienen un discurso ambiguo porque dicen apoyar una solución negociada, al mismo tiempo que envían recursos, armas, municiones y otros equipos bélicos a Ucrania.

Mantienen asimismo una política de sanciones y un discurso de odio contra Rusia que raya en el desatino y provoca reacciones absurdas.

Una de ellas la protagonizó el magnate Elon Musk, quien se desconectó del mundo real y retó al presidente Vladimir Putin a “un combate cuerpo a cuerpo” donde el ganador se llevaría a Ucrania como premio.

Si apartamos a este señor, que evidentemente está desquiciado por su enorme poder financiero, lo cierto es que cualquier iniciativa seria por la paz es loable.

La cuestión es ¿por qué hubo que esperar hasta este momento para insistir en la necesidad de buscar soluciones negociadas a los problemas? Rusia estuvo haciendo eso durante mucho tiempo, pidiendo un diálogo honesto para atender sus preocupaciones sobre su seguridad, y nadie lo escuchó.

Muchos que ahora rasgan sus vestiduras evitaron responder a un reclamo objetivo, que Ucrania se abstenga de entrar a la OTAN y que su territorio no se utilice para colocar armas ofensivas que apunten a Moscú.

Eso mismo hubiera exigido Washington si fuerzas hostiles pretendieran ubicarse en las fronteras de Canadá o México, no quepa ninguna duda de ello.

Como están las cosas, es difícil responder si más vale tarde que nunca.

Tomada de www.radiohc.cu

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