La educación es el arma más potente que puedes usar para cambiar el mundo (Nelson Mandela)
Por: Giovanny Preza*
Por años se ha escrito y hablado sobre la importancia que tiene la educación en el desarrollo económico, social, cultural, intelectual e ideológico de una sociedad. Pero al profundizar y poner una lupa crítica sobre este apartado, nos encontramos que a lo que llamamos “educación” no es más que un guion de sometimiento social y es una enorme tijera que coarta el vuelo de mentes con capacidad de cambiar su propio destino y el de su pueblo.
Lamentablemente, a lo largo de nuestra historia la mal llamada “educación” se ha convertido en un instrumento político y en un negocio altamente lucrativo; los resultados de ello simplemente están a la vista y no requieren mucho análisis para determinar el fracaso de los modelos educativos.
A continuación, algunos aspectos por los cuales se puede decir que nuestra educación nunca ha sido una prioridad en nuestra sociedad.
1. Desde que el 15 de septiembre de 1821 El Salvador firma el acta de independencia del Imperio Español, no se ha logrado superar el umbral del sub desarrollo. Es decir, que no hemos conseguido fortalecer y desarrollar nuestro sector industrial, alcanzar un alto nivel de calidad de vida de nuestros ciudadanos, poseer un robusto y sólido sistema de seguridad y de salud social, lograr estabilidad política y económica, altos niveles de ingresos de los habitantes laboralmente activos, tener altos índices de exportación a diferentes países, y que los diversos servicios sociales de calidad estén al alcance de la mayor parte de la población.
2. Históricamente, la inversión pública en “educación” no ha sido prioridad por consecuente al no darle un lugar de privilegio a esta en las políticas macroeconómicas y preferencia dentro de las inversiones no se tiene: personal docente y administrativo capacitado desde la infancia hasta la adultez, infraestructura académica moderna que cumpla con altos estándares pedagógicos, planes de estudio en todos los niveles que estén en sintonía de la realidad social, económica y técnica del mundo moderno, equipamiento de alta tecnología en todos los niveles educativos, etc.
3. Ninguna de nuestras universidades está dentro del ranking de las mejores 100 universidades de Latinoamérica, esto significa que nuestra reputación académica superior es muy baja, poca o nula producción de ciencia, muy baja calidad de los empleos de sus egresados, insignificante producción bibliográfica o de artículos académicos, baja proporción de maestros internacionales y proporción de estudiantes internacionales.
4. Mientras el mundo se prepara para darle el adiós al internet “dadas sus limitantes’’ y le está dando la bienvenida al metaverso (lugar virtual donde realizaremos todas nuestras actividades mediante avatares o imágenes holográficas), nuestros maestros aún dan clases utilizando tiza o plumones según sea su pizarra.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO, la educación transforma vidas, erradica la pobreza e impulsar el desarrollo sostenible de los países. También, considera que la educación es un derecho humano para todos, a lo largo de toda la vida, y que el acceso a la instrucción debe ir acompañado de la calidad.
Si queremos ofrecer un arma súper poderosa a nuestras futuras generaciones, brindémosle educación de calidad, modifiquemos nuestro sistema educativo desahuciado y arcaico, invirtamos en infraestructura y tecnología educativa, cimentemos el progreso del conocimiento y que este impulse la ciencia, la tecnología y la innovación en nuestra sociedad.
El conocimiento constituye una inversión muy productiva, que brinda frutos en el corto, mediano y largo plazo y estos se ven reflejados en todas las aristas de la sociedad y hace que los ciudadanos tengan mayor libertad de pensamiento, que sean capaces de criticar y sobre todo de proponer soluciones de beneficio colectivo.
*Consultor de empresas.