La otra crisis

Circuló hace pocas horas una noticia francamente aterradora, y es que de los 39 millones de habitantes que tiene Afganistán, hay 37 millones, el 95 por ciento, que carecen de recursos para alimentarse como consecuencia de dos décadas de guerra y las sanciones occidentales contra el Talibán.

Por: Guillermo Alvarado

De acuerdo con la ONU, el país centroasiático es en estos momentos el escenario de la crisis humanitaria más grande del planeta, pero también la más ignorada porque los grandes medios de comunicación y la comunidad internacional tienen la mirada puesta en otros lugares.

De hecho, hay 20 millones de afganos en peligro real de morir de hambre y las imágenes son dantescas, es decir infernales, con niños que perecen por falta de comida, padres vendiendo sus órganos o a sus bebés para tratar de salvar al resto de la familia.

Se requieren al menos 5 mil millones de dólares para frenar esta tragedia, pero las potencias occidentales, que generosamente envían sumas astronómicas en armas a la guerra en el este de Europa, hacen oídos de mercader a lo que está ocurriendo en un país que sus ejércitos ocuparon hasta hace poco.

Pero no se trata sólo de mezquindad, porque hay actos de Estados Unidos y la complaciente Unión Europea que verdaderamente rayan en conductas criminales.

Washington decidió congelar los 7 mil millones de dólares de las reservas internacionales de Kabul y, como si fueran de su propiedad, destinó la mitad a los familiares de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y el resto lo enviarán a quien ellos decidan en Afganistán.

Es piratería al más puro estilo, porque los recursos de un país no son propiedad del gobierno de turno sino del pueblo o, si se quiere, del Estado.

La congresista estadounidense Ilhan Omar, miembro del Partido Demócrata, recordó que no había un solo afgano entre los atacantes en Nueva York.

Mientras tanto, agregó, se dan billones de dólares a los gobiernos de Arabia Saudita y Egipto que tienen vínculos directos con los terroristas del 11 de septiembre. Castigar a millones de personas hambrientas por estos crímenes es inconcebible, precisó.

Además, luego de la salida precipitada del Pentágono tras 20 años de ocupación, la Unión Europea cortó otros mil 400 millones de dólares en ayuda al desarrollo y Afganistán tuvo que cerrar dos mil 300 centros de salud y hospitales que atendían a unos 30 millones de personas.

La intensa sequía en buena parte del territorio, 20 años de ocupación, bombardeos, decenas de miles de muertos y heridos, así como el desplazamiento masivo de la población y la sanciones contra el Talibán, son ingredientes de una crisis humanitaria perfecta, que un día será juzgada por la historia.

Tomada de www.radiohc.cu

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