Los partidos de los Trabajadores (PT) y Socialista Brasileño (PSB) sellarían la dupla formada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, para las elecciones de octubre.
Fuentes cercanas a ambas organizaciones políticas ratificaron que el PSB debe anunciar oficialmente este viernes en Sao Paulo a Alckmin para disputar, como vicepresidente, la justa comicial con Lula, aún precandidato presidencial del PT.
«Yo he cambiado, Alckmin ha cambiado y Brasil ha cambiado. Yo era el adversario de Alckmin, no su enemigo. Feliz era el Brasil que tenía una disputa entre dos partidos demócratas, porque había un debate civilizado, sobre el programa de gobierno», afirmó el exdirigente obrero durante una entrevista radial.
Precisó que este viernes tendrá una reunión en la que el PSB propondrá a Alckmin como vicepresidente, y «lo llevaremos al PT para discutirlo. Si estamos juntos, reconstruiremos Brasil, porque somos dos demócratas», remarcó.
Recientemente Alckmin también exaltó a su antiguo adversario. En la afiliación al PSB el mes pasado, el exgobernador comentó que Lula «representa la propia democracia».
A la emisora radial T del sureño estado de Paraná, el extornero mecánico apuntó además que el país no tiene actualmente una democracia plena y el presidente Jair Bolsonaro la ataca, así como a la prensa todos los días.
«Brasil necesita a alguien que armonice el país, estimule la paz, la unidad, el pequeño y microempresario. Esto es lo que necesita Brasil para convertirse en una gran nación», reiteró.
Ante otras interrogantes, Lula descartó la posibilidad de que la exjefa de Estado Dilma Rousseff integre un posible Gobierno suyo como ministra.
«No creo que funcione llamar a un presidente para que sea tu ministro, le vas a convertir en una figura inferior a ti en la escala de autoridad, la tendencia es problemas; no trabajo con esa hipótesis», reflexionó.
Insistió que no se sentiría a gusto para mandarle. «Es muy difícil, ella lo sabe», aseveró.
El exgobernante advirtió además que, si triunfa ante las urnas, retiraría a los militares de la administración federal que ocupan cargos comisionados.
Tendremos que retirar a casi ocho mil que están en puestos de personas que no presentaron concursos, señaló en una declaración emitida durante un evento de la Central Única de Trabajadores en Sao Paulo.
Aclaró en que «esto no puede ser motivo de una bravata, tiene que ser de construcción», remarcó.
De igual manera, Lula admitió que la campaña electoral será complicada y pidió no dejarse llevar por el optimismo.
«No será fácil, no es una guerra ganada; es una guerra que podemos ganar», apuntó quien figura como favorito en todas las encuestas de opinión rumbo a la votación después de recuperar sus derechos políticos en marzo de 2021. (PL)