“La guerra cognitiva explota las vulnerabilidades innatas por medio de las cuales la mente humana procesa la información, aunque nada de esto es nuevo.
Por: Francisco Parada Walsh*
Sin embargo, debido a la velocidad e impacto que tiene actualmente tanto la tecnología como la información, se ha hecho imposible que la mente humana sea capaz de procesar tales cantidades de datos. “La diferencia entre la guerra y la propaganda radica antes que nada en que todo el mundo participa en esta última (muchas veces de forma inadvertida) mediante la creación de información y conocimiento que ha alcanzado cuotas sin precedentes.
Se trata de un cambio sutil pero significativo. Anteriormente, los individuos estaban sometidos pasivamente a la propaganda, ahora contribuyen activamente a su promoción. “La explotación de las capacidades cognitivas de la humanidad se ha convertido en una industria de masas. Se espera que en un futuro nuevas herramientas como la inteligencia artificial (IA) proporcionen a la propaganda la capacidad de manipular radicalmente las mentes humanas e incluso cambien nuestro comportamiento”.
Donde se juega con los sentidos son y serán las guerras del presente y del futuro. Mientras escribo, leo un título de un artículo donde dice: “Israel aconseja a Kiev aceptar las condiciones de Moscú (Red Voltaire, 12 de marzo de 2022), verdades y no esas mentiras que así, como TCS nos da la compota de mañana, tarde y noche que lo único que debemos creer es a un medio de comunicación que poco le importa desengañar, al contrario, el objetivo es venderse cual prostituta no al mejor postor sino, con que no los toquen.
Recuerdo una anécdota donde el ex – presidente Saca va a cenar donde el propietario de TCS, el recluso ex presidente le llama “Don Boris” y el dueño de la mentira le dice llanamente “Tony”, así es el poder y mientras, CNN y otros, dicen que Rusia apenas tiene pertrechos militares para diez días.
¿Qué acaso el color de piel nos hace diferentes? ¿Cómo personas católicas oran y lloran por Ucrania mientras un joven palestino es vapuleado? ¿Por qué tanta hipocresía? Y si es ignorancia, pido disculpas a los agraviados. Entiendo que si una persona tiene una bandera de Ucrania en su perfil, conocen la historia de Rusia, de los zares y de que, Rusia fue Europa pero no, todo se queda en esa guerra donde nos hacen creer lo que ellos quieren y al final ni yo me creo a mí mismo, ya destruyeron todo el andamiaje neuronal y soy apenas un zombi que con el arma más poderosa en estos tiempos como es un táctil, espera vítores y cantares de amigos que no son amigos en un mundo de enemigos.
La guerra cognitiva va ganando. Ejemplo claro. Vemos cómo el país perdió el rumbo, no hay capitán ni marineros, solo quedaron las ratas y aun, nada nos hace ver la necesidad de revisar su vida, su bolsillo, pensar en el futuro y que no sea donde ir a pasar vacaciones, sino la realidad, los desaparecidos, el desprecio por la vida, la idolatría del joven presidente hacia sí mismo, ver un país que no es país y pensar qué les dejaremos a nuestros hijos, que la pandemia fue y es manejada cual un país ejemplo de primer mundo y si hubiesen elecciones el viernes santo, no dudo que el presi, se lleva la victoria por aplastante ventaja ¡Esas son las guerras cognitivas! Donde le hacen creer que ser un “erudito” es tener al mejor estratega del mundo mundial; estratega es Putin, que, sin masacrar a un país como lo hacen los gringos que primero barren a bombas y luego entra la tropa, acá las cosas son diferentes, Kiev está cercado, en un ataque pulverizaron todas las instalaciones tecnológicas y aeropuertos militares y piden que retiren los misiles, los laboratorios de armas biológicas que Ucrania posee en la frontera con Rusia y que, todos los neonazis y movimientos afín, sean desmantelados pero de eso poco se sabe; el objetivo es confundir al mundo y ahora resulta que el pan dulce que se vende en el área rural y que ha subido de precio es culpa de Putin cuando acá, se robaron quince millones en efectivo cada día por más de siete meses por lo que es fácil entender que ese dinero lo debe pagar el común ciudadano y nuevamente podemos ver el éxito de las guerras cognitivas donde mis vecinos dicen: “Más de lo que el hombre (Bukele) hace, más no puede hacer, si el hombre hasta pisto nos mandó”.
Cuando escribo, disfruto, es mi pasión más fuerte y a la vez debo respaldar lo que escribo y eso me hace leer no en un chat de compañeros de colegio, no, se busca la verdad, que por supuesto cuesta encontrarla sin duda alguna pero todavía la guerra cognitiva no me ha ganado, pues todavía pienso, leo, escudriño y sin fanatismos, solo que, me interesa que el lector sepa lo que otros callan o tergiversan. Hubo un día en mi vida que creía en el cuarto poder, palabras elevadas, casi deidades que no se deben ofender y cuando caí en la verdad que los medios de comunicación están siempre al servicio de alguien, todo mi circo, todos mis sueños en la verdad, cayeron. No creo ni en mi mismo.
*Médico salvadoreño