No es la India donde las vacas ocupan un lugar sagrado en la sociedad, sino que me referiré a que El Pinochini de América está atestado de vacas.
Por: Francisco Parada Walsh*
Todos los días trato de correrme de mis temores y a veces, apenas puedo caminar y siempre hay unas tres vacas, algún ternerito y un toro bravucón esperando hacerme levantado por el infierno, pero son animales ¡Realmente inteligentes! Clavan su mirada, miran fijamente a mi pandilla canina y mientras voltean su mirada hacia mí, les digo ¡Buenos día doña Vaca, buenos días don ternerito, buenos días le de Dios don Toro! Ellos me saludan, solo si el lector se anima a caminar por tan bellos senderos es que me creerá que la vaca me regresa el saludo, ella me dice ¡Muenos mías Mrancisco, mucho muidado, muuuy muenos mías mi amigo, muídese muuucho! Los perros se paralizan, no creen que las vacas amigas mías hablen, el ternerito apenas empieza a decir algunas malabras.
Bueno, pensaba que en estas soledades y zonas de abundante pasto, las vacas estarían quietas, hay buen forraje para llenar sus panzas y una paz de envidia pero estaba equivocado, muy equivocado.
Llego a una oficina pública y no sé porque siempre me saludan “Muuuy muuuenos miiías, muuuy meeemtrano miiino”, ya estoy acostumbrándome a que vacas por aquí y por allá; pero mi gran sorpresa fue hace poco que visité un elegante restaurante y mientras me parqueaba veo llegar una larga fila de lujosas camionetas negras ¡Era un miembro del gabinete! Y que no podía salir de su camioneta pues los cachos no lo dejaban salir, ni se de dónde salió un miembro de su seguridad que, con todo respeto y cariño le ayudo a destrabar los cabos y, para que no se escuchara el herraje que aparte de proteger las pezuñas del vacuno sirve para dar golpes bajos a una sociedad ya noqueada, pusieron una alfombra a su paso, así que ese miembro del gabinete, entre se bajaba de su vehículo, apenas podía caminar, quizá el peso de los cachos le ganaba al peso de la cabeza, no lo entendía y es uno de mis gatos quien me dice ¡Es que no tiene materia gris, amigo Francisco, tiene hueca la cabeza! Vaya, vaya dije en mis adentros, mejor este gatito entiende por qué casi topa los cabos al suelo, pues el pent-house está vacío.
A pesar de sus cachos, cara de vaca, cuerpo de vaca no era del todo vaca, era un funcionario reconocido (Cortados con la misma tijera, es difícil su identificación), muy cercano al hombre y quizá, ante su repugnante estirpe a lo Botero decidió saludar a los presentes, pero nuevamente ¡No podía creer lo que decía! ¡No lo podía creer! Mientras atravesaba “La Gran Vía” movía la cola y quizá queriendo dar una imagen diferente empezó a saludar a cada persona con la que se encontraba ¡A toda persona! Y entre ese bamboleo decía: “Mooola, muuuy mueeenos miiias, muuucho muuusto en monocerlo! Las personas no daban crédito a lo que miraban, un semoviente en pleno centro comercial.
De repente despierto, todo fue un sueño.
Preparo mi café y con mi pandilla perruna decidimos irnos a la caminata diaria y mi sorpresa es que esa misma vaca que estaba en ese sueño, está atravesada a mi paso; honestamente les tengo miedo a las vacas, no por violentas, sino por que hablan y a veces no sé si son malos espíritus; no encontraba por donde pasar, me hacía a un lado y la vaca me tapaba el paso, me hacía al otro lado y la vaca se hacía hacia ese lado, quise saltar el alambrado pero no pude y de repente oigo una voz, era la voz de un hombre en el cuerpo de una vaca que me dijo: “Hola Francisco, me contó mi primo que lo viste en La Gran Vía y que, le dio algo de pena verte, algo, vos sabes que aquel está loco en el puesto que tiene; no te asustes si me escuchas hablar normal, ya las vacas somos tan sagradas como en la India y al parecer nadie nos hará daño, a pesar que mi primo sea un ladrón de ladrones, está tan seguro que saldrá impune, todo gracias a un decreto que el señor presidente envió a la Asamblea Legislativa que dará paso a una ley que toda vaca morirá de vieja, de enferma pero no por delito alguno cometido”; debí interrumpir a mi amigo vaca, y le dije: Bueno Amigo Vaca, sí es cierto que la Asamblea Legislativa es un establo pero dile a tu primo que no se atenga, que “el Dios Baco tarda pero no olvida”.
*Médico salvadoreño