Desde primeras horas de este domingo, en que se conmemora el día internacional de los trabajadores, se concentraron en distintos puntos de la capital para expresar su descontento con la forma autoritaria de gobierno.
Más de 20 retenes, ubicados en diferentes carreteras del país, no pudieron detener el flujo de trabajadores que gritaron consignas de «abajo la dictadura», «no más Bukele». Tampoco pudo detener la marcha las amenazas vertidas por funcionarios de gobierno relacionando a los marchistas con pandilleros o familiares de éstos.
Después de los intentos del gobierno por detener o disminuir la manifestación del 1 de mayo, la marcha se convirtió en un reto para la clase trabajadora, que asistió a pesar de las amenazas y envió un mensaje de «no miedo» a las estratagemas del gobierno, en especial del Ministro de Trabajo, Rolando Castro, quien días antes vinculó irresponsablemente a quien marchara con las maras.
Muchos sindicatos fueron obligados a presentarse en un evento oficial organizado por el gobierno, en un hotel capitalino, bajo amenaza de que si no se presentaban se les retiraría su credencial sindical, documento necesario para el funcionamiento de las organizaciones sindicales, sobretodo para su quehacer económico de recolectar cuotas sindicales y utilizar cuentas bancarias.
La plaza Gerardo Barrios lució abarrotada a pesar de que a decenas de personas se les impidió el paso para asistir al evento.
El encuentro de las marchas fue la plaza Gerardo Barrios, donde se realizó un evento cultural colocada frente a Catedral Metropolitana. Además, del pronunciamiento de los sindicatos.
La consignas más mencionadas fueron contra el alto costo de vida y de la canasta básica, la inseguridad, la no aprobación de la Ley del Agua, la represión por parte de los miembros de seguridad, la criminalización de los asistentes a la marcha por parte del gobierno, la captura de los presos políticos del FMLN, la no rendición de cuentas del gobierno de Nayib Bukele, la no extradición de los pandilleros exigidos por la justicia estadounidense, el cumplimiento de los derechos de la clase trabajadora, entre muchas otras.