«No es negocio seguir dependiendo del dólar», dijo Lula y propone crear una moneda única para latinoamérica

La idea surge de quién podría ser su ministro de Economía, Gabriel Galípolo.

El expresidente y candidato brasileño Lula anunció que buscará crear una moneda única para América Latina que sirva para no «seguir dependiendo del dólar». La propuesta, desarrollada por su equipo económico, advierte que las sanciones a Rusia demuestran como EEUU y Europa «usan su moneda para aislar y debilitar al enemigo».

Lula volvió a poner sobre la mesa la idea de crear una moneda única latinoamericana capaz de superar la dependencia al dólar que tienen las economías de la región. La propuesta implicaría la creación de un Banco Central Sudamericano, capitalizado por todos los países del continente.

«Vamos a volver a restablecer nuestra relación con América Latina. Y, si Dios quiere, vamos a crear una moneda en América Latina, porque no es negocio seguir dependiendo del dólar», dijo Lula durante un encuentro en Sao Paulo con dirigentes del partido izquierdista PSol, que dio su respaldo a la candidatura de Lula para los comicios de 2022.

Si bien Lula no dio mayores detalles de su propuesta, la idea de consolidar una moneda regional es uno de los puntos que efectivamente integran su plataforma política de cara a un eventual nuevo gobierno en 2023.

En efecto, medios brasileños ponen el foco en Gabriel Galípolo, un economista de 39 años que aparece como uno de los referentes en el equipo económico detrás de la candidatura de Lula y que, según los analistas, tiene como uno de sus objetivos acercar a los empresarios paulistas al líder del PT. Galípolo se graduó como economista en la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo y actualmente es docente en la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ). Entre su experiencia en el sector público destaca haber tenido cargos dentro de la Secretaría de Economía y Planeamiento del Estado de Sao Paulo durante el mandato de José Serra, quien luego sería el primer canciller de Jair Bolsonaro. En el sector privado, el economista se destacó por haber presidido el Banco Fator hasta 2021, así como manejar su propia consultoría.

El nombre de Galípolo es uno de los que suscribe, junto al exalcalde de Sao Paulo y excandidato a la Presidencia por el PT en 2018 Fernando Haddad, un artículo publicado en abril en el diario Folha de Sao Paulo en el que ambos profundizan la idea de crear una moneda regional que permita a los países latinoamericanos depender menos del dólar estadounidense. En el artículo, los autores señalan como «en el sistema financiero internacional, hay una jerarquía entre las monedas nacionales, con el dólar a la cabeza, confiriendo a Estados Unido el privilegio de emitir moneda internacional». Para Haddad y Galípolo, el conflicto en Ucrania demostró que EEUU y Europa «se valen del poder de sus monedas para imponer severas sanciones contra Rusia, confiscando reservas internacionales y excluyéndola del sistema de pagos internacionales (Swift)».

«Ante la imposibilidad (y la locura) de una confrontación militar con otra potencia nuclear, Biden y sus aliados buscan en el poder de sus monedas formas de aislar y debilitar al enemigo», advierten los autores. Por ese motivo, Haddad y Galípolo buscan abrir el debate sobre el poder de las monedas «y su relación con la soberanía y la capacidad de autodeterminación de los pueblos, en especial para países con monedas consideradas no convertibles», ya que «al no ser aceptadas como medio de pago y reserva de valor en el mercado internacional, sus gestores están más sujetos a las limitaciones impuestas por la volatilidad del mercado financiero internacional».

Es ahí donde, precisamente, entra la idea del equipo detrás de Lula como forma de contrarrestar las presiones del mercado internacional u organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Un proyecto de integración que fortalezca a América del Sur, aumente el comercio y la inversión de forma combinada es capaz de conformar un bloque económico con mayor relevancia en la economía global y conferir mayor libertad al deseo democrático, a la definición de un destino económico de los participantes del bloque y a la ampliación de la soberanía monetaria», reflexionan. Los autores reconocen que la situación «no es simple, dada la profunda heterogeneidad estructural y la macroeconomía de los países de la región».

Sin embargo, consideran que «la experiencia monetaria brasileña, como la implementación exitosa de la URV (Unidad de Valor Real), puede proporcionar un paradigma para la creación de una nueva moneda digital sudamericana (SUR), capaz de fortalecer la región».

El proyecto implica la creación de un ‘Banco Central Sudamericano, que emitiría el SUR y que se conformaría a partir de una capitalización inicial por parte de los países miembro, «proporcional a sus respectivas participaciones en el comercio regional» y hechas a partir de las reservas internacionales de los países o a partir de una tasa sobre las exportaciones fuera de la región. De acuerdo al plan del equipo de Lula, esta moneda podría ser utilizada «tanto para flujos comerciales como financieros entre países de la región».

Una vez capitalizado el banco central regional, cada país recibiría «una dotación inicial de SUR», aunque tendrían «libertad para adoptarla domésticamente o mantener sus monedas».

El plan descrito por Haddad y Galípolo comprende las asimetrías que puedan existir entre los países. Así, indica que «las tasas de cambio entre las monedas nacionales y el SUR serían fluctuantes». Pero una de las claves del plan del equipo de Lula es la existencia de un «mecanismo de ajustes simétricos entre países superavitarios y deficitarios». Según explican los autores del artículo, el mecanismo proporcionará recursos para capitalizar un fondo de la Cámara Sudamericana de Compensación, cuyo objetivo será «financiar la reducción de asimetrías entre las economías y el fomento de sinergias entre ellas». En definitiva, para Haddad y Galípolo, la creación del SUR «es una estrategia para acelerar el proceso de integración regional, constituyendo un poderoso instrumento de coordinación política y económica para los pueblos sudamericanos». En ese sentido, los autores consideran que se trata de «un paso fundamental rumbo al fortalecimiento de la soberanía y de la gobernanza regional, que ciertamente se mostrará decisivo en un nuevo mundo».

Fuente: www.grupormultimedio.com

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